Este sábado desembarcaron 15.000 cruceristas en el puerto de Palma (Mallorca) provenientes de cuatro embarcaciones. Esta cantidad supera el límite pactado con el Govern y supone una cifra récord para una sola jornada en esa capital. Si se tiene en cuenta que la población de Palma de Mallorca ronda el medio millón de habitantes, este importante desembarco de personas en una mismo día hacía prever importantes trastornos en una urbe cuyas infraestructuras y comercios ya soportan un importante impacto turístico, aun descontando la actividad crucerística.

Según informa Diario de Mallorca, no fue para tanto, a pesar de que el impacto que la llegada tal masa de turistas podía tener en Palma de Mallorca había generado cierta inquietud, pues el máximo tolerado son 5.000 cruceristas al día y no más de tres barcos.

Un recorrido por la ciudad ese día no mostró, sorprendentemente, una especial aglomeración de gente en el casco de la ciudad, más allá de la que ya se presupone en un sábado de agosto en un enclave netamente turístico. Muchos de los cruceristas habían contratado excursiones y se movieron por la isla, por lo que el tan temido colapso del centro histórico de Palma no tuvo lugar, al menos en los términos que se esperaban. 

Así, dispuestos a conocer la isla más que la mera capital, donde sí se notó especialmente la afluencia de estos 15.000 turistas fue en las arterias mallorquinas. Si en ir de Santa a Ponça a Palma se tarda normalmente entre 15 o 20 minutos, un día como el sábado el trayecto se dilató hasta una hora de duración. Mientras, en las calles capitalinas, se suscitaba el debate sobre las bondades o inconvenientes de semejante inyección de visitantes de una sola tacada.

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