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El turismo de excesos elude la ley con 'party boats' en áreas protegidas de Mallorca
A pesar de los intentos —decreto ley incluido—, Baleares no es capaz de librarse del todo del turismo de excesos. Y como es más fácil poner coto a lo que ocurre en tierra, este ha encontrado una vía de escape marítima. Esta falta de control está provocando, para indignación de residentes y defensores del medio ambiente, que las ‘party boats’ (fiestas en barcos) lleguen incluso a áreas naturales protegidas.
Ejemplo de ello es lo ocurrido el pasado fin de semana, cuando una de estas fiestas multitudinarias llegó a Es Carbó, una de las pocas playas que quedan vírgenes en la Colònia de Sant Jordi (Mallorca). Allí, algunos de los turistas que se encontraban a bordo desembarcaron y montaron en el arenal su propio “chiringuito privado”. Después, el barco (y la fiesta) volvió a zarpar hacia la capital mallorquina, donde recaló en una zona protegida de la bahía.
También la semana pasada, otro barco de la empresa Sa Calma Boats celebró otra de estas multitudinarias fiestas, con música a todo volumen, en las aguas de Cap Rocat, una zona que se encuentra dentro de un área natural protegida de 30 hectáreas. De hecho, la zona incluye la Reserva Marina de la Bahía de Palma y se encuentra dentro de una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), por lo que la música a alto volumen no está permitida.
Diario de Mallorca ha tratado de ponerse en contacto con las Consellerias que pudiesen tener competencias en esta actividad (la Conselleria del Mar y del Ciclo del Agua y la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural). No obstante, se pasan la pelota la una a la otra, sin responsabilizarse de la situación. La Conselleria de Mar y del Ciclo del Agua asegura que la competencia de las fiestas en embarcaciones recae en la de Agricultura, Pesca y Medio Natural. Sin embargo, esta alude que, al existir un decreto ley, es competencia de la primera.
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