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Los grandes cetáceos invaden las aguas de las Azores

En lugar de “tierra a la vista”, los viajeros que deciden enrolarse en una experiencia de avistamiento de grandes cetáceos en las costas portuguesas podrían exclamar: “¡ballena a la vista!”.

En las islas Azores es posible contemplar hasta 24 especies distintas de cetáceos, incluyendo el cachalote y la ballena azul (el animal más grande del planeta).

Cuando los azorianos dejaron de cazar y procesar ballenas allá por el año 1987, se dedicaron a desarrollar la industria ecoturística alrededor de la búsqueda y observación de estos grandes mamíferos.

Los mismos enclaves del archipiélago desde donde partían los balleneros (Angra do Heroismo, Ponta Delgada, Horta, Lages), se han transformado en centros de divulgación y protección de cetáceos, así como en puertos de salida para su avistamiento.

El puerto de Lages, en la isla de Pico, es el lugar ideal para comenzar la aventura. Aquí, en 1876, el capitán Anselmo inició en las Azores la caza del cachalote. En 1989, el empresario Serge Viallelle, dio el pistoletazo de salida a la obervación de los gigantes marinos.

Los cachalotes pueden llegar a medir hasta 20 metros, pesar 50 toneladas,  alcanzar los 3.000 metros de profundidad y sumergirse hasta 90 minutos.

En las islas Azores la única opción permitida para avistar ballenas es a bordo de embarcaciones autorizadas que se alejan entre siete y 20 millas de la costa. Vigilantes apostados en los promontorios más altos, atisban con sus 

prismáticos las columnas de vapor surgiendo del mar y avisan por radio a los barcos.

Las normas de seguimiento de cetáceos imponen una distancia mínima de observación de 50 metros, salvo que sea la propia ballena la que se acerque. En ese caso es el animal el que decide la distancia.

Además de contemplar una ballerna barbada, un cachalote o una yubarta que muestra su magnífica anatomía en un salto de atleta olímpico, los viajeros más curiosos pueden visitar en las Azores el museo de la caza de la ballena de Lages, la fábrica de cetáceos en Horta, capital de la isla de Faial, o el museo de botes balleneros de Terceira.

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