La industria de la aviación comercial está de celebración tras lograr el pasado 16 de noviembre un nuevo hito histórico: aterrizar un avión de pasajeros en la Antártida. La compañía Norse Atlantic Airways operó un vuelo desde Oslo (Noruega) con científicos a bordo de un Boeing 787 Dreamliner, que acabó aterrizando sobre “una pista de hielo azul” en el aeródromo de Troll, la base del Instituto Noruego de Investigación Polar.

Según indica El Periódico, esta es la primera ocasión que una aeronave de estas dimensiones (tiene capacidad para 330 pasajeros) toma tierra en el mismo Polo Sur, lugar en el que hasta ahora habían aterrizado aviones de carga y de hélice, y otros comerciales de menor tamaño, como un Boeing 767 de Icelandair. 


“Nos sentimos increíblemente honrados de formar parte de este pedazo de la historia, que marca un hito muy especial para Norse. Queremos expresar nuestra más sincera gratitud al Instituto Noruego de Investigación Polar, que nos ha confiado esta importante misión”, ha destacado la compañía noruega tras el exitoso y pionero aterrizaje.

¿Una oportunidad para el turismo?


Con el éxito de este aterrizaje se abren las puertas a nuevas oportunidades en el continente antártico. El B787 Dreamliner es un avión más grande y cómodo que los utilizados habitualmente para volar a este inhóspito lugar, por lo que podría hacer que sea más accesible para los científicos y los turistas.