Opinión

¿Se debería poner puertas al campo para evitar su destrucción?

¿Habrá que prohibir a los turistas que viajen a la naturaleza cuando los costes son mayores que los beneficios?

Quizás se hayan dado cuenta, pero tal vez no sean conscientes de lo que está pasando con nuestra naturaleza, en gran parte por culpa del turismo. Si se preguntan por qué los turistas amenazan estos paraísos. Si quieren saber si hay soluciones a este problema. Entonces, sin duda, les recomiendo que lean esto que les voy a contar a continuación:

¿Se debería poner puertas al campo para evitar su destrucción?


Llevamos ya una década con una moda peligrosa para la preservación de nuestras áreas naturales —incluyendo los espacios protegidos—, ya que se han convertido en una gran atracción turística, pero no por sus valores ambientales o de biodiversidad, sino por su estética natural y, lo peor, por un reclamo mediático que no filtra por motivaciones ni expectativas y, por tanto, pone en peligro estas zonas de valor ecológico, vulnerables por el número, frecuencia e intensidad de las visitas.
 

Basura y residuos en un Espacio Natural Protegido

No les hablo de los tremendos impactos que han tenido las áreas naturales durante la pandemia, sino desde años atrás, cuando ya existían saturaciones turísticas graves en muchos lugares: senderos, Parques Nacionales, Naturales, rutas, etc. incluyendo pequeños pueblos y aldeas, en general sitios con acceso fácil en coche o autobús. Lo peor de todo es que la mayoría de visitantes son excursionistas y no turistas, por lo que apenas dejan ingresos en la zona, pero si costes altos, como la generación de residuos, polución, ruidos, tráfico, congestiones, saturación social y turística.
 

Lo peor de todo es que la mayoría de visitantes son excursionistas y no turistas, por lo que apenas dejan algo de ingresos en la zona


Y si hablamos de comportamiento, entonces se explica los tipos e intensidades de los diferentes impactos físicos en el entorno natural: etológicos en el comportamiento de la fauna; emocionales en la población local y en los demás turistas; en la experiencia turística, degradando su calidad; y obviamente en el entorno físico, ya que según el tipo de actividades realizadas y su intensidad y frecuencia degradarían de forma muy relevante el entorno natural.

 

 

¿Cómo resolver esta situación?


Les resumo los principales, que no únicos, puntos posibles a tener en cuenta:

  • Cerrar los accesos a las áreas naturales protegidas (Parques Nacionales, Naturales, Reservas, etc.) para preservar entornos naturales vulnerables o en peligro durante un periodo de recuperación de biodiversidad.
  • Aplicar tasas de entrada de entre 100 y 500 € (en las Islas Galápagos la entrada cuesta 100USD, pero el viaje promedio internacional puede costar unos 1.800 a 2.500 $ como mínimo) y esto discrimina el número de visitantes, pero no su tipología, que conlleva ciertos comportamientos y también exigencias antrópicas poco deseables.
  • Diseño de flujos turísticos con zonificación del área natural a través de filtros físicos (senderos, barreras geomorfológicas, vegetación, pendientes, etc.), emocionales (zonas de interés según motivaciones) y tecnológicos (apps y otras aplicaciones con GPS).
  • Desarrollo de Infraestructuras y facilidades para excursionistas y turistas y dentro de estos según nivel de motivaciones y expectativas en aquellos lugares diseñados exprofeso.
  • Preservación de zonas de alto valor ecológico y debería incluirse también núcleos rurales vulnerables que sufren sobresaturaciones puntuales.
  • Marketing de emociones (Como es el caso de la vitamina N) para poder responder a las necesidades de los diferentes segmentos de la demanda
  • Promoción del turismo vs. excursionismo, para que de esta forma no solo reducir la cantidad de visitantes, sino también conseguir balancear ingresos/costes de las visitas.
  • Capacidad de carga a través de parkings y TICS mediante apps para anticipar y regular las diferentes visitas a los espacios de mayor demanda.
  • Hacer que los costes de los excursionistas se puedan compensar con beneficios sociales, emocionales y de responsabilidad personal y colectiva que podría ligarse a la corporativa.
     

La situación actual en muchos lugares naturales del mundo es la ausencia de rentabilidad económica, social y ambiental, pero evidentemente se puede modificar

 

Obviamente, como se entenderá, son herramientas para poder dar solución a un problema que cada vez es más grave, ya que los impactos negativos podrían llegar a causar un deterioro muy importante de los recursos naturales que afectaría severamente también a la actividad turística, repercutiendo en los ingresos económicos de estos territorios, amén de su pérdida de biodiversidad.

Es decir, hay que tener en cuenta que la situación actual de muchos lugares naturales del mundo es la ausencia de rentabilidad económica, social y ambiental, pero evidentemente se puede modificar e implementar modelos sostenibles y competitivos que reviertan esta situación y el turismo es una herramienta.

 

*Arturo Crosby es editor de Natour magazine.

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