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Tras años de juicios, Meliá vence a Bankia y será indemnizada por "ocultación de información"

La entidad financiera ofreció información inexacta sobre sus acciones, "ocultando que tenía unas pérdidas multimillonarias no confesadas"

Meliá Hotels International ha ganado la batalla judicial a Bankia (actualmente CaixaBank). La hotelera recibirá un millón de euros de la entidad bancaria, un importe equivalente al dinero que invirtió la empresa turística en acciones de la ahora extinta entidad financiera. 

En 2011, Bankia salía a bolsa a pesar de que la iniciativa no tenía la mejor de las previsiones. El banco, formado tras la fusión de siete cajas de ahorros españolas, disponía antes de su comercialización bursátil de una gran cantidad de activos del sector del ladrillo o de productos como las preferentes, siendo ambos calificados como elementos tóxicos, que sufrieron una crisis de confianza inversora en la crisis global que comenzó en 2008.

Sin embargo, la compañía presidida por el exministro Rodrigo Rato se lanzó al mercado con un precio por acción inferior a los 4 euros, un descuento enorme respecto a los 15 euros en los que estaba valorada la unidad de participación, según recogía el folleto de emisión de la propia Bankia. Tras esta campaña de saldo, la entidad recibió una gran cantidad de inversiones, entre ellas, una de la cadena Meliá.

En 2012, la compañía se desplomó en bolsa, acabando finalmente rescatada por el Estado Español, que se hizo con la misma por más de 22.000 millones de euros. Ahora, más de 10 años después, Meliá ha conseguido recuperar el dinero depositado, con una resolución del Tribunal Supremo que anula la compra de acciones, "por ocultar Bankia el precio real de los títulos". 


"Que Meliá sea un potente grupo hostelero o tenga gran experiencia en inversiones turísticas, no determina por sí mismo que tuviera acceso a una información sobre el patrimonio de Bankia diferente a la que se publicaba en el folleto", explica la sentencia, desestimando anteriores resoluciones de primera instancia y de la Audiencia Nacional, que esgrimían que Meliá no disponía del mismo derecho de devolución reconocido a los inversores particulares, al ser una empresa experta en adquisiciones que gozaba de una mayor información previa a la compra. 

La sentencia explica como el folleto oficial era gravemente inexacto y generaba una representación equivocada de la solvencia de la entidad, habiendo adquirido la hotelera valores de "una entidad al borde de la quiebra, con unas pérdidas multimillonarias no confesadas".

Así, el fallo declara la nulidad de la adquisición de acciones, teniendo Caixabank que abonar el millón de euros que en su día pagó Meliá, además de una serie de intereses no clarificados. 

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