Juan Verde es un reconocido economista, diplomático y ex asesor de gobiernos, instituciones y empresas a nivel internacional. Ha trabajado como asesor en la administración de Barack Obama, en asuntos de economía internacional, sostenibilidad y comunidad hispana. Entrevistado por el programa Bungalow 103, de Capital Radio, el experto ofreció sus opiniones acerca de la sostenibilidad en el sector turístico.

Pregunta (P): ¿Qué es para usted el turismo sostenible y qué están haciendo los gobiernos para que esto sea viable?

Respuesta (R): Es aquel que entiende que tiene sentido para el sector ganar mucho dinero durante mucho tiempo, y no una visión cortoplacista o miope de ganar mucho dinero a corto plazo. La sostenibilidad entiende que el futuro es un factor importantísimo, es un legado que tenemos que dejar pero, sobre todo, el turismo sostenible para los expertos mundiales es el que apuesta a largo plazo.

P: ¿Estamos ante un público que exige que las empresas sean sostenibles?

R: Estoy absolutamente convencido de que existe una demanda social por parte de los consumidores. Así lo demuestran las encuestas y los estudios que he visto, que dicen que la inmensa mayoría de los consumidores exigen y quieren que los destinos turísticos sean responsables con el medio ambiente, que se tome en consideración la eficiencia energética y las energías renovables. La gente no quiere irse a un sitio a tomar el sol y que no se respete todo lo que hay alrededor.

Colombia apuesta por el crecimiento sostenible

Colombia apuesta por el crecimiento sostenible

P: Respecto a España, hemos visto que han surgido este verano conceptos como la turismofobia o turistificación, ¿existen estos fenómenos o se han creado para esconder una realidad?

R: Existen y negarlos es tener una visión miope. Eso sí, creo que no tiene mucho sentido penalizar o culpar a los turistas por los problemas locales. No hay turistas buenos ni turistas malos; hay turistas que respetan el medio ambiente o no. Cuando vemos estos sentimientos en contra de los turistas en ciudades, o en diferentes regiones del mundo, me parece que es una visión poco realista; es intentar limitar, querer ponerle puertas al campo. El turismo va a ir a más, nos guste o no, y lo que tenemos que hacer nosotros como ciudadanos, es exigirle a nuestros gobernantes que pongan mecanismos de control para que el turismo sea responsable, tenga sentido para las comunidades locales y no se convierta en un problema.

No hay turistas buenos ni turistas malos. Hay turistas que respetan el medio ambiente o no

P: ¿A qué se refiere exactamente con estos mecanismos de control?

R: Hay diferentes modelos. Si bien no creo en limitar la cantidad de turistas, sí pienso que hay que crear incentivos para que, por ejemplo, los turistas sean de mejor calidad y apostar más por la calidad que por la cantidad. ¿Cómo se hace? Pues apostando por destinos turísticos que entienden lo que quiere el cliente: experiencias. En un informe reciente de las Naciones Unidas sobre el papel del turismo en el desarrollo económico futuro, se plantea que uno de los sectores de mayor crecimiento será el turismo basado en experiencias: culinario, de aventuras, el rural, etc. La gente no sólo va buscando sol y playa; quiere experiencias y por ellas está dispuesto a pagar y a pagar mucho más.

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P: ¿Aboga usted entonces por la especialización turística?

R: Yo abogo por una diversificación y una especialización. Creo que el sol y playa está jugando un papel importante, pero no puede ser la única opción que tengan los destinos turísticos. Con esto quiero decir que lo que tiene sentido es diversificar, que la oferta turística sea amplia y que se especialicen en diferentes nichos, sectores, pero que no pongamos todos los huevos en una sola cesta.

P: En España está de moda la tasa turística. En muchos destinos de primer nivel se está implantando este impuesto al turista. ¿Cómo lo ve usted?

R: En mi opinión, sólo tiene sentido cuando es un mecanismo más dentro de una estrategia más global y transversal. Quiero decir, si tú sigues apostando sólo y exclusivamente por un turismo de baja calidad, o destinos turísticos obsoletos y pones una tasa, lo único que va a ocurrir es que vendrá menos gente; pero, el sector irá muriendo poco a poco porque ese tipo de turismo no tiene futuro. Ahora, si pones una tasa y al mismo tiempo creas incentivos para que la gente quiera seguir viniendo en el futuro, probablemente sea un mecanismo más efectivo. Quiero decir con todo esto que no hay una bala de plata concreta que vaya a ser la solución a todos los problemas del sector. Sí creo que hay que seguir apostando por la innovación, por la diversificación. La gente viene buscando otro tipo de experiencias, no solamente a sentarse o a dar una vuelta por la ciudad. Los turistas quieren sentir, interactuar con la gente local; quieren tener experiencias únicas.

Ecoturismo. Foto de ViajeJet

Ecoturismo. Foto de ViajeJet

P: ¿Qué relación ve usted entre la turismofobia y la sostenibilidad?

R: Son conceptos distintos. Para mí la sostenibilidad es apostar a futuro, es entender que el desarrollo económico y el desarrollo turístico tienen que crear riqueza y actividad económica durante mucho tiempo. Para que eso ocurra hay que estar  innovando continuamente, buscando maneras de ofrecerle al turista cosas nuevas y adelantarte incluso a sus necesidades. Hoy por hoy, según todas las encuestas, el turista quiere y exige que los destinos, los hoteles y la oferta turística sean responsables y, sobre todo, va buscando integrarse al medio ambiente. No solo quiere ir a un hotel y quedarse; quiere salir y ver el entorno. En cuanto a la turismofobia, en un mundo cada vez más globalizado, donde cada vez la gente viaja más y donde los índices económicos demuestran que cada vez hay más personas con mayor poder adquisitivo a nivel mundial, pensar que podemos aislarnos, por ejemplo en el archipiélago canario o balear, o impedir que los turistas sigan viniendo, no me parece que tenga mucho sentido. Lo que hay que hacer es apostar por cuidar el turismo y crear incentivos y mecanismos que hagan que sea menos, pero de mayor calidad.

P: ¿Cómo valora a España en materia de sostenibilidad?

R: Creo que tiene mucho que ofrecer y creo que hay mucho por hacer todavía. Estamos en pañales y no sólo en el sector turístico, sino en muchos otros: en las energías renovables, en la eficiencia energética, en turismo de aventuras, rural. Estos son los segmentos de futuro, de crecimiento y si bien el sector turístico empieza a diversificarse y empezamos a ver que hay muchísima gente a nivel mundial que quiere conocer España, no sólo para quedarse en las costas y en las ciudades principales, sino que va buscando ofertas únicas. En este sentido, empezamos a ver cosas innovadoras, por ejemplo, en destinos turísticos. Leí un artículo recientemente que hablaba sobre el inmenso potencial que tiene el turismo de pesca de altura, el turismo deportivo, y hablaba de otra serie de nichos donde España podría ser muy competitiva. Por ejemplo, hablaba de la gente que se mueve a nivel mundial, con alto poder adquisitivo, para observar los pájaros, y podría mencionar otros nichos de mercado que se salen de lo común, pero que son extremadamente rentables.

P: Hay mandatarios que no apuestan por la sostenibilidad como la primera tarea. ¿Qué opina sobre esto?

R: Sí, y eso es una visión miope porque lo que están demostrando todos los estudios y los análisis económicos es que aquellos destinos turísticos que sí están apostando por la sostenibilidad, les está yendo mucho mejor que a la inmensa mayoría. Lo que estamos viendo es que tiene sentido, desde un punto de vista ético, de calidad de vida, de equilibrio entre el turismo y la comunidad local pero, sobre todo, tiene sentido desde un punto de vista económico y competitivo. Un estudio reciente dice que si al 92% de los consumidores les das a elegir entre dos destinos similares a igual precio o a menor precio, los consumidores van a elegir el más ecológico. Los gobiernos tienen que seguir apostando por incorporar una visión dentro de sus planes económicos de desarrollo económico que entienda que la sostenibilidad es la verdadera ventaja competitiva a largo plazo.