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En Suecia dan por "muerta" la vergüenza a volar que amenazó a la aviación
El flygskam o “vergüenza de volar” surgió como un vendaval en 2019, pero con el paso del tiempo, el mismo país que vio nacer el fenómeno, Suecia, ha declarado su “muerte”.
El movimiento, abanderado por la joven activista Greta Thunberg, marcó debates sobre el futuro del sector turístico e implantó la sostenibilidad como una de las principales prioridades de las aerolíneas ante el temor de perder clientes. No obstante, transcurrido un lustro —pandemia de por medio—las cifras de desplazamientos en avión siguen creciendo y el debate parece olvidado.
En un artículo publicado por Realtid, el periodista especializado en viajes, Viggo Cavling, proclama que el flygskam está “muerto”. Uno de sus principales argumentos es que diariamente se producen más de 35.000 vuelos en Europa, produciéndose récords e incluso cuellos de botella en el control del tráfico aéreo.
Críticas a los políticos
No obstante, Cavling incide en que el concepto no ha quedado olvidado y persiste entre políticos de Bruselas y periodistas que, sin embargo, no dudan en disfrutar "de sus maravillosas vacaciones en avión".
"Si se van a limitar los vuelos, creo que se debería empezar por arriba. Los aviones privados son, con diferencia, el medio de transporte que más emisiones genera por pasajero. En cambio, los políticos suelen apostar por los vuelos de bajo coste, que son el medio de transporte que menos emisiones emite por pasajero", remarca.
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