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Vivir en un crucero, una alternativa de lujo para la jubilación

Lee Wachtsetter, conocida como Mama Lee, vive desde hace 7 años, de manera permanente, en el crucero de lujo, Crystal Serenity, donde se gasta anualmente alrededor de 145.000 euros en alojamiento y comidas. La anciana de 86 años, tomo la decisión de vivir en el buque para cumplir de la mejor manera el último deseo de su esposo fallecido, que le pidió que nunca dejara de viajar. Su caso no es el único del que se han hecho eco los medios de comunicación: Bea Muller y Clair Mcbeth también fueron conocidas por convertirse en residentes permanentes de otro crucero, el Cunard Queen Elizabeth 2, la última de ellas durante 14 años. Muchos jubilados adinerados ven los cruceros como alternativa a las residencias de ancianos, al ofrecer unas estancias cómodas, una atención exclusiva y una multitud de actividades que se alejan de la monotonía de los hogares especializados en la tercera edad
Lee Wachtsetter, conocida como Mama Lee, vive desde hace 7 años, de manera permanente, en el crucero de lujo, Crystal Serenity, donde se gasta anualmente alrededor de 145.000 euros en alojamiento y comidas. La anciana de 86 años, tomo la decisión de vivir en el buque para cumplir de la mejor manera el último deseo de su esposo fallecido, que le pidió que nunca dejara de viajar. Su caso no es el único del que se han hecho eco los medios de comunicación: Bea Muller y Clair Mcbeth también fueron conocidas por convertirse en residentes permanentes de otro crucero, el Cunard Queen Elizabeth 2, la última de ellas durante 14 años. Muchos jubilados adinerados ven los cruceros como alternativa a las residencias de ancianos, al ofrecer unas estancias cómodas, una atención exclusiva y una multitud de actividades que se alejan de la monotonía de los hogares especializados en la tercera edad
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