La emblemática estación de tren de Calasparra (Murcia), inaugurada en abril de 1865 y construida con el objetivo de crear un punto de unión entre Andalucía y Alicante, está a punto de convertirse en “una vía muerta”.

Única en la comarca del noroeste, según informa La Opinión de Murcia, echará el cierre cuando se ponga en marcha la variante de Camarillas, nuevo trazado de ferrocarril que tiene una longitud de 27,4 km y se encuentra situado en la línea Chinchilla-Cartagena, entre las provincias de Albacete y Murcia.

Al desaparecer la estación, la comarca que va de Caravaca y Calasparra hasta Santiago de la Espada y Huéscar, se quedará aislada por ferrocarril. Unas 100.000 personas no podrán ir a Madrid sino se desplazan hasta Albacete. Otra variante sería viajar una hora y cuarto aproximadamente para llegar a Murcia y de ahí, otras dos horas y veinte minutos en tren hasta la capital española.

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