El Servicio de Asuntos Internos de la Guardia Civil, desde noviembre de 2014, comenzó a sospechar de la actitud de dos agentes que trabajaban en la sección fiscal del aeropuerto de Barajas. Ambos, junto a un ciudadano de origen dominicano y otro colombiano, formaban un grupo organizado cuyo objetivo era introducir cocaína procedente de Sudamérica a través del aeropuerto Adolfo Suárez. Los dos Guardias Civiles tenían como función consultar las bases de datos para comprobar si los aspirantes a mula tenían o no antecedentes penales y también se encargaban de las entradas de los portadores de droga una vez aterrizaban en suelo español. El grupo intentó varias veces introducir cargamentos de cocaína a través de la terminal 4 entre marzo y julio del año pasado pero estos no prosperaron hasta el 10 de julio, cuando una mula fue recogida por uno de los guardias al pie del avión que lo hizo pasar por un coronel colombiano y lo llevó hasta la zona Premium del aparcamiento donde un taxi Mercedes le esperaba. Sin embargo, funcionarios de Asuntos Internos los detuvieron e intervinieron 13,5 kilos de cocaína con un valor de 457.000 euros. Ahora, los cuatro se enfrentan a una multa de un millón de euros cada uno y diez años de prisión, uno más para uno de ellos por reincidencia en el narcotráfico