El Acueducto de Segovia está en estado crítico. El granito se rompe con tan solo tocarlo debido a los centenares de autobuses municipales que pasan a pocos metros y a los conciertos que se llevan a cabo a los pies del monumento, pues sus vibraciones provocan la rotura de la piedra. Aún así, la Concejalía de Patrimonio de la ciudad defiende que los eventos se celebran a tres metros y que el desgaste se debe a las características del material.

Hace 25 años ya se prohibió la circulación de vehículos por debajo del acueducto, aunque esta medida no ha sido suficiente. En 2006 el Fondo Mundial de Monumentos incluyó al Acueducto entre los cien del mundo en peligro. 

En este sentido, el doctor ingeniero en Minas, Fernando Pedrazuela, ha explicado que “nunca ha dejado de estar en estado crítico en las últimas décadas”. Las piedras usadas para levantar el monumento eran las que los maestros canteros “podían cantear”, muy distintas a las que se usan en la actualidad y que “ya estaban parcialmente degradadas con grano grueso” que es “de gran alteración, deleznable, con poca tenacidad y escasa dureza”. Por ello, argumenta que aunque el acueducto “esté deteriorado, no significa que esté abandonado”. Eso sí, requiere que “no se le pierda de vista y habrá que intervenir de manera continua en el tiempo”. 

Además alerta de que “gracias como meter la mano en grietas del monumento y llevarse partes pequeñas de los sillares” hacen daño a la estructura. El Consistorio está recogiendo propuestas de los ciudadanos para proteger la joya arquitectónica.