Los expertos en aviación y en informática coinciden: dudan que la última prohibición de portar dispositivos electrónicos en los vuelos que proceden de Oriente Medio hacia Estados Unidos y Reino Unido ayude a incrementar el nivel de seguridad.

La directiva de seguridad de Estados Unidos que fue emitida el 21 de marzo y entró en vigor el 25 determina que los viajeros procedentes de Egipto, Jordania, Turquía, Arabia Saudí, Kuwait, Marruecos, Qatar y Emiratos árabes no pueden portar aparatos electrónicos como ordenadores, tablets, cámaras o DVD portátiles. Por su parte, Reino Unido prohibió los mismos aparatos a viajeros de Turquía, Líbano, Jordania, Egipto, Túnez y Arabia Saudí.

Nicholas Weaver, investigador del International Computer Science Institute the University de California-Berkeley ha afirmado que no se mejora la seguridad: "Sí, las bombas en los portátiles son una amenaza, pero estamos suponiendo que el ordenador tiene que ser detonado o colocada manualmente, cuando un temporizador puede funcionar igual de bien en la bodega de carga". Además de señalar este punto indica que centrándose solo en algunos aeropuertos de origen y no en el tránsito se está suponiendo que el “terrorista suicida es capaz de volar un avión pero no de hacer una escala en Frankfurt”.

Y es que se considera un problema que los principales países cuyos aeropuertos sirven de conexión para vuelos transatlánticos como Alemania, Francia u Holanda, no han adoptado la misma medida.

Por su parte, Ken Button profesor de política en la George Mason University Schar School ha tachado a la medida de “ridícula”, considerando que el hecho de que permitan móviles y no tablets no tiene sentido: “Por lo que sé de explosivos, no se necesita una gran cantidad para volar una parte de un avión de aluminio”.

Es más, el peligro pasa a las bodegas, ya que como señala John Cox, antiguo piloto de US Airways, una gran cantidad de baterías de litio en la zona de carga puede suponer un riesgo por las posibilidades de que se produzcan fuego y explosiones.

Por último, la imagen transmitida por el país y las dudas generadas en los viajeros de negocios (el 49% de ellos prefiere trabajar mientras vuela) han generado protestas por parte del sector de viajes que cree que se puede reducir el número de viajeros ejecutivos.

No obstante, pese a estas dudas y a las expresadas por los principales actores de la industria como las aerolíneas, esta medida permanecerá vigente de forma indefinida.