Opinión

Colombia pide ser descubierta

Los conquistadores creían que allí estaba el Dorado y nunca lo descubrieron. Lo cierto es que casi todo el país es un Dorado que aún está por descubrir

Los recientes acuerdos de paz entre el Gobierno del Presidente Santos y la guerrilla de las FARC, a pesar de la dura oposición interna liderada por el expresidente Uribe y de la torpeza de Londoño (alias Timoshenko) al presentarse a las elecciones del próximo año, han llevado la tranquilidad a amplios territorios del país, que es a la vez caribeño, andino y pacífico, permitiendo la apertura al turismo de lugares paradisiacos como Caño Cristales ‘El río más hermoso del Mundo’.

El gobierno colombiano considera que el turismo es una de sus prioridades para el futuro próximo. De hecho, ya en 2016 el turismo internacional creció fuertemente hasta superar los cinco millones de viajeros y también lo está haciendo a lo largo de este año. El mayor control sobre los cárteles de la droga, que se han desplazado a otros lugares, ayuda a mejorar la sensación de seguridad, que era el principal freno al desarrollo turístico del país. 

El turismo procede fundamentalmente de los países vecinos y de Estados Unidos y es, en gran parte, de sol y playa especialmente durante el invierno austral en el que los argentinos, brasileños, y bolivianos viajan a mejores climas. Está muy concentrado en los destinos de Bogotá,  Cartagena, Santa Marta, San Andrés, Cali, Medellín, Barranquilla y el Eje Cafetero. Todos ellos, lugares de fácil acceso por vía aérea o, en el último caso, por vía terrestre desde varias ciudades.

Esos destinos nos permiten echar una ojeada al país, pero ocultan la espectacular diversidad de naturaleza, cultura y de las gentes, que son su principal atractivo. 48 millones de habitantes viven en un espacio de más de un millón de kilómetros cuadrados, pero muy concentrados en unas pocas ciudades dejando la mayor parte del territorio realmente virgen.  La deficiencia de las vías de comunicación interiores -no hay ferrocarril para pasajeros y las carreteras son deficientes, excepto en el Valle del Cauca- hacen que el avión sea la única forma aceptable de trasladarse.

Las seis regiones geográficas están claramente diferenciadas.  La Amazonia, cerca del cincuenta por ciento del territorio en el extremo sur con Leticia como centro turístico y Florencia como principal núcleo urbano, carece de comunicación terrestre.

La Insular, especialmente el archipiélago de San Andrés y Providencia, es un destino aislado del resto. La Orinoquia, también llamada de Los Llanos orientales, fue lugar de algunas de las principales batallas durante la guerra de Independencia, está unida a la de los Llanos venezolanos; inmensas extensiones de praderas dedicadas al  ganado. Mientras que la Pacífica y la Andina se hallan atravesadas de norte a sur por las tres cordilleras  (oriental, occidental y central), con picos de más de cinco mil metros de altura y algunos volcanes activos. La capital, Bogotá, a 2.600 metros de altura cuenta con ocho millones de habitantes y es el centro de comunicaciones aéreas del país. Desde en su fundación por Gonzalo Jiménez de Quesada en 1538, ha sido una de las urbes más importantes del continente. El Museo del Oro y el Centro histórico, con la catedral, son los puntos más atractivos. Las dificultades para el transporte terrestre son notables. La Colombia Caribeña, quizás la más conocida gracias a Garcia Márquez, cuenta con varias joyas como Cartagena de Indias, el Parque Nacional Tayrona y  la Sierra Nevada de Santa Marta, que cuenta con el sistema montañoso litoral más alto del planeta y los picos más altos de Colombia.  

Esa diversidad geográfica tiene su reflejo en la pluralidad humana del país: gentes de orígenes raciales distintos, con infinitas variedades y que constituyen uno de los principales atractivos. Afroamericanos en el Pacifico y en el Caribe, indígenas en la Amazonia y en la zona andina, y otros de procedencia europea reciben al visitante con amabilidad natural y un exquisito español con sus variantes regionales.

La naturaleza está protegida a través de un sistema que incluye a más de sesenta parques naturales que cubren más del 11 por ciento del territorio colombiano. 

La música es el alma de Colombia. La fusión de las culturas española, africana y amerindia produce una inmensa variedad de sones que van de la cumbia atlántica al merengue y la salsa en Cali. La música está siempre presente en la calle, las taxis o los bares.

La riqueza de flora y fauna es fabulosa. Las flores son fuente de riqueza y han convertido al país en uno de los principales exportadores del mundo. La variedad de aves y mariposas es un importante recurso turístico. 

Las inmensas plantaciones de caña de azúcar, llevada a Colombia por el conquistador Sebastián de Valcárcel, marcan el paisaje de los valles centrales y, además, el azúcar es la materia prima para la producción del ron y el aguardiente, las dos bebidas clásicas, junto con la magnífica cerveza. 

Los conquistadores creían que allí estaba el Dorado, y así se denomina el aeropuerto de Bogotá, que nunca fue descubierto. Hoy día, casi todo el país es un Dorado que aún está por descubrir.

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