“El gran reto de la temporada es dar argumentos a los clientes y ser convincentes para que no bajen las ventas”, destaca Julio Herrera Estévez, docente del Máster en Dirección Hotelera y de Restauración en Ostelea y director en Valuegensys-safety, en una entrevista en exclusiva para Tourinews. Ostelea Tourism Management School es un centro universitario internacional, con campus en Barcelona y Madrid, especializado en la formación de líderes, directivos y técnicos enfocados en la industria del Hospitality y del Turismo. Valuegensys-safety es una startup enfocada a dar soluciones de asesoramiento, prevención y contagio del Covid-19 a entidades públicas y privadas.

Para afrontar el reto de ser convincentes, muchas empresas están acudiendo a la formación de sus profesionales. “Si la empresa tiene todo eso claro y, además, forma, anima y empodera a sus empleados, al final compensarán la tendencia natural a que se facture menos”, señala Herrero. La más solicitada es la “formación de refresco”, que busca que los trabajadores que se están reincorporando de los ERTE vuelvan a tener sus habilidades al mismo nivel que antes de la pandemia; y la “formación a medida”, explica el docente. En cuanto a la temporada estival, Herrero destaca que las previsiones apuntan a que “se pueda hacer un verano al 50% del 2019” y que lo más probable es que haya trabajo “para la mitad de las plantillas a nivel nacional”.

Pregunta (P): ¿Con qué tipo de alumnos cuentan en Ostelea? ¿Alumnos con experiencia en el sector turístico o que comienzan a formarse ahora?

Respuesta (R): De los dos tipos. Tenemos diversos programas, algunos enfocados a personas con experiencia, de hecho, hay programas que son a tiempo parcial y eso permite que una persona pueda estar trabajando a la vez que se está formando; y también tenemos programas a tiempo completo para personas junior, sin experiencia o con poca. Por tanto, tenemos de los dos tipos.
 

Las empresas están recurriendo a la formación para apoyar a la plantilla”


P: Durante este año de pandemia, ¿la formación práctica de directivos y técnicos ha estado sometida a la incertidumbre del sector? ¿Cómo han abordado este tema desde Ostelea?

R: Con la misma incertidumbre que el resto del sector. En este sentido, no teníamos ninguna bola mágica y no sabíamos cuándo se iba a reactivar esto por lo que, consecuentemente, los alumnos han tenido que seguir sus programas. Desde el punto de vista de incorporación a empresas, se han ido retrasando –y siguen retrasados– la mayor parte de procesos de selección: empresas que habitualmente van a Ostelea a reclutar a nuestros graduados, este año no han venido, han venido más tarde o han venido menos… O sea, que se está retrasando todo el proceso en su conjunto.
 

Ostelea

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P: En algunos casos, hay profesionales que llevan desde verano de 2019 sin trabajar. ¿Tienen analizadas las dificultades con las que se encontrarán estos profesionales al reincorporarse?

R: En primer lugar, hay muchas personas en ERTE que están deseando volver a trabajar, por el trabajo en sí y por recuperar el nivel de ingresos que tenían antes de la pandemia. En general, vemos una actitud muy positiva. Pero claro, la situación actual es similar a cuando volvemos de unas vacaciones, aunque este año forzadas y muy largas, por lo que volvemos con algunas habilidades algo oxidadas, aunque el oficio nunca se pierda. En ese sentido, las empresas del sector que están previendo reabrir o que ya han reabierto están haciendo formación de refresco, para conseguir que los trabajadores que están recuperando de los ERTE vuelvan a tener el nivel de habilidad estupendo que tenían antes de la pandemia.

P: ¿Y hay una metodología para las personas que se reincorporan al trabajo?

R: Las empresas están llevando a cabo diferentes acciones. Hay empresas que ya tienen arraigada la cultura de formar a su gente y, consecuentemente, no les está costando trabajo recuperarlos y tenerlos otra vez a tope; y hay otras que no tienen esa cultura. Pero yo diría que, en general, lo que estamos viendo es que las empresas están actuando sobre tres frentes. En primer lugar, recordar a sus plantillas en qué consiste su negocio, cuál es el tipo de cliente que tienen, cómo es su filosofía de servicio, cómo quieren que sea la experiencia del cliente para que les recomienden, cómo se trabaja en cada puesto… De manera que están volviendo a poner a cada uno en su lugar. Este año es especial también cubrir cómo quieren tratar de cuidar a los clientes para que se sientan sanitariamente seguros y para que puedan estar tranquilos.

En segundo lugar, se está recordando a las plantillas que el consumidor este año está gastando menos por prudencia, lógicamente, y que, por ello, tienen que dar más argumentos y ser más convincentes para que no bajen las ventas. Este es el gran reto para aquellas empresas que puedan abrir. De esta forma, al igual que en otras crisis, los establecimientos turísticos esto lo están abordando de la forma adecuada, pues están consiguiendo no solamente no vender menos, sino vender incluso un poquito más que en 2019. Si la empresa tiene todo eso claro y, además, forma, anima y empodera a sus empleados, al final compensarán la tendencia natural a que se facture menos.

En tercer lugar, este año se está dando en empresas una puesta a punto de sus equipos directivos e, incluso, formándolos. Así se busca que tengan una preparación de la reapertura y de la temporada más detallada y con un planteamiento más flexible y ágil, de manera que puedan reaccionar inmediatamente ante los cambios que se puedan ir presentando respecto a su plan inicial. Estas son las empresas que tienen experiencia en otro tipo de crisis, por lo que ahora se anticipan para no perder un mes hasta que cojan la velocidad de crucero, que es el riesgo que hay dentro de los establecimientos que tienen movimiento. Tienen que prepararse para sacar el mayor rendimiento posible.



P: ¿Cómo prevén esta recuperación del sector turístico en los próximos meses?

R: La previsión más probable, según lo que se habla en el sector, es que se pueda hacer un verano al 50% del 2019, que fue un año muy bueno. Además, teniendo en cuenta que este año las vacaciones seguramente se prolongarán hasta el mes de septiembre u octubre. La mayoría serán turistas españoles, con una presencia pobre de turistas internacionales. Con respecto a Reino Unido, es un mercado importantísimo para nosotros, por lo que su caída tendrá un impacto negativo, sobre todo en Canarias: la provincia de Las Palmas, en la que es muy importante Alemania, irá bien; pero en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, en la que es muy importante Reino Unido, irá un poquito peor. En cuanto a destinos, pueden hacer un buen verano los lugares vacacionales, costas e islas, turismo rural y sitios que no estén aglomerados, mientras que las grandes ciudades y los lugares vacacionales muy aglomerados lo seguirán pasando mal. Más allá, las previsiones más optimistas sitúan un primer escalón de recuperación del sector, a nivel nacional, por Semana Santa de 2022, y una recuperación que podría ser sólida para verano del año que viene. Y, como ha ocurrido en otras crisis, lo último que se recuperará será el volumen de MICE –reuniones, incentivos, convenciones de empresas y ferias–, que depende muchísimo de que los índices de casos de Covid-19 sean muy muy bajos y de que se haya recuperado el volumen de transporte aéreo de pasajeros, que a nivel sanitario ya existen garantías para hacerlo, pero a nivel político no se atreven en Europa. De acuerdo con este patrón, lo más probable es que las plantillas del sector turístico de las distintas zonas sean recuperadas de los ERTE y, para este verano, habrá trabajo para la mitad de las plantillas a nivel nacional.

P: ¿Qué están demandando las empresas a Ostelea ante el Covid-19?

R: Hemos experimentado un incremento de la demanda de cursos cortos online muy especializados. También se han puesto en contacto con nosotros empresas, solicitando formación a su medida –lo que se llama in-company–, adaptada a sus necesidades. Por ejemplo, ha crecido el interés en los campos del marketing digital, el revenue management, la digitalización, la innovación, la sostenibilidad, la seguridad sanitaria… Están tirando de nosotros con la finalidad de que, parte de esa oxidación en cuanto a conocimientos, se recupere y aumente su nivel de competencia.