Lo que hasta hace pocos meses se consideraba una relación de cordialidad y colaboración se ha convertido en una guerra entre dos grandes del sectores ‘low cost’: Ryanair y Norwegian.

En el mes de abril, la relación entre la compañía irlandesa y la escandinava parecía imparable cuando se anunciaron conexiones de vuelos desde el aeropuerto de Roma. La aerolínea capitaneada por Michael O’Leary se encargaría de alimentar los vuelos de larga distancia de Norwegian mediante su red europea.

Algo se rompió antes de septiembre pues desde Dublín prepararon toda su munición y alertaron sobre una posible falta de liquidez de los escandinavos, hablando incluso de quiebra. Es posible que uno de los motivos de esta ruptura haya sido el que se hizo público esta misma semana, que Norwegian le ha robado 140 pilotos a los irlandeses, que están afrontando una auténtica crisis al haber cancelado más de 2.000 vuelos de su temporada de otoño.