Los que visitan la isla de Borneo (sudeste asiático), no van buscando grandes hoteles, ni museos, ni restaurantes con platos exquisitos. La mayoría de los turistas quieren ver de cerca al orangután o como lo llaman los locales “hombre pelirrojo de la selva”. Según informa ‘El Mundo’, los orangutanes se encuentran en grave peligro debido a la caza y la tala de árboles. En apenas 16 años han muerto 148.500 ejemplares y, de continuar la tendencia actual, en los próximos 35 años podrían desaparecer otros 45.000.

Entre las causas de la desaparición de esta especie destaca la destrucción de la selva en la que vive para obtener madera, minerales, papel y aceite de palma, productos muy demandados en Occidente. Una investigación publicada por la revista Current Biology habla de entre 70.000 y 100.000 orangutanes en Borneo, lo que significa que en las mayores poblaciones ha habido un declive del 50%. 

En este sentido, los investigadores proponen impulsar acuerdos con los propietarios de las plantaciones y compañías madereras para proteger a los orangutanes, y que países como España o Alemania compren sólo productos obtenidos de forma sosteniblepara apoyar a las empresas que están intentando mejorar la situación de estos animales.