Tal y como ha informado la cadena de televisión alemana Deutsche Welle, pilotos alemanes se han negado a deportar a solicitantes de asilo a Afganistán.

Ante la negativa de los aviadores a realizar estos trayectos, las autoridades de Alemania se han visto obligadas a cancelar, en los últimos meses, un total de 222 vuelos de deportación a Afganistán. Entre enero y septiembre de 2017, Lufthansa y su subsidiaria Eurowings, se negaron a efectuar 85 vuelos. Un 40% de ellos partían de Dusseldorf, en donde estas deportaciones suelen venir acompañadas de manifestantes intentando parar el proceso. Otros 140 vuelos suspendidos despegaban de Francfort, el principal aeropuerto de Alemania.

Según ha aducido el portavoz de Lufthansa, Michael Lamberty, “la decisión de no llevar a un pasajero es tomada, en último término, por el piloto” es por ello que si considera “que la seguridad del vuelo podría verse afectada”, el máximo responsable de la aeronave “debe rehusarse a transportar al pasajero”.

Alemania sigue siendo el principal destino de refugiados e inmigrantes en la Unión Europea. De hecho, en 2017 recibió más solicitudes de asilo que todos los 27 miembros restantes de la Unión Europea. Ante la avalancha de peticiones de asilo, el país germano también ha visto aumentar el número de personas afectadas y solicitantes de asilo que apelan contra las deportaciones.