La Policía Municipal ha desmantelado esta semana un hotel clandestino en Usera (Madrid) regentado por ciudadanos chinos, según ha publicado ‘El Mundo’.

El establecimiento contaba con un cartel luminoso, una recepción donde una mujer oriental recibía a los clientes y una quincena de habitaciones, repartidas en un inmueble estrecho. Cada estancia medía unos 12 metros cuadrados y, debido al reducido espacio, los colchones estaban colgados en las paredes.

Hasta el momento han detenido a dos personas en el edificio, una de ellas por usurpación de identidad. Todavía no se ha podido localizar al propietario del bloque.

El establecimiento no contaba con licencia para ejercer la actividad de hospedería, ni registro de clientes, ni un plano de las habitaciones y zonas comunes del hotel. Tampoco se localizaron salidas de emergencia y los dos extintores que halló la policía estaban caducados. Uno de los inquilinos declaró que pagaba 380 euros al mes y que no tenía contrato.