Francia ha entregado a la Organización Marítima Internacional (OMI) una propuesta para limitar la velocidad global en el transporte marítimo, con el fin de reducir las emisiones CO2. No obstante, la medida no afectaría a los buques de pasajeros ni de mercancías perecederas, ya que sería “inviable” reducir la velocidad de dichas embarcaciones.

Según ha informado Spanish Ports, la propuesta francesa no especifica el límite de la velocidad, sino que plantea un debate abierto con las demás naciones para discutir el asunto. El país galo considera que el sector debe darse prisa para lograr los objetivos de la OMI, con el fin de establecer unas normas para la descabonización de la industria a partir de 2023.

A su vez, la han definido como una “excelente medida temprana y de transición”, que funcionaría de forma temporal hasta que se desarrollen tecnologías de propulsión sin emisiones de carbono. Por otro lado, admiten que sería una medida “inviable” para los buques de pasajeros y de transporte de mercancías perecederas, que tendrían que mantener velocidades más elevadas.

Una vez establecido el límite de velocidad, Francia propone implementar una nueva normativa a nivel mundial, que premie la innovación en el sector. Con ello, se pretende reducir las emisiones un 70% para 2050. Algunas voces han cuestionado la capacidad de las autoridades para cumplir con una medida como esta. Otras opinan que la iniciativa podría beneficiar a determinados sectores del transporte marítico, debido a que harían falta más buques y crecerían los fletes.