Portales de comentarios y valoraciones como TripAdvisor se han convertido en un elemento que tiene gran influencia sobre las decisiones de los clientes, por ello, cada vez es mayor el número de establecimientos que le presta una especial atención.

Pero esta importancia también ha producido que muchos profesionales critiquen lo que consideran la dictadura de estas web de opinión.

El último caso de estas batalla llega de la Venta Aurelio, en Chipiona, en Cádiz. Este local recibió fuertes críticas por parte de un cliente que indicó sentirse “muy decepcionado” tras la visita junto a su familia. En el comentario destacó diferentes aspectos que le desagradaron: “Comida sobrevalorada y escasa, todo bastante salado, almejas muy pequeñas para su precio en carta, calamar a la brasa con mal sabor, brasa mal hecha, choco a la plancha sin sabor, te sirven el vino en cantidad como si fuera agua, nos sirvieron la comida sin seguir orden entre los entremeses y la comida principal, y no prestaron atención suficiente y olvidaron algún plato, las patatas demasiado fritas, saladas y aceitosas”.

Ante estas críticas, el restaurante alzó la voz y mediante su director de relaciones con los clientes le aportó la siguiente respuesta: “Con todo el respeto y educación que se merece, permíteme que le diga que usted tiene muy poca vergüenza y la cara muy dura. Usted y su familia venían a comer de gañoteo y se equivocaron de lugar. No sé si en otros establecimientos le habrán entrado al trapo, pero aquí, señor, esa forma de actuar no la contemplamos. Usted se sienta en la mesa, pide y si, por las circunstancias que sean, no le gusta determinada especialidad lo dice al momento y se le cambia por otra que sea de su agrado. Lo que no vale, es que usted y su familia se harten de comer y beber y a la hora de pagar empiece a decir tonterías para no pagar y amenazar con escribir y hablar mal de nuestro establecimiento. ESO AQUÍ NO VALE. Disfrute lo que pueda y engañe a quien se deje, que la vida son dos días”.

De hecho, fue el propio restaurante el que compartió esta situación a través de sus redes sociales, poniendo de nuevo en relieve el debate sobre el daño o el beneficio que provocan este tipo de comentarios sean reales o no.