Diferentes menores de origen marroquí intentaron colarse en los bajos y en el techo de un autobús turístico, que transportaba a viajeros españoles, para entrar a escondidas en la ciudad autónoma de Melilla. Los conductores de los automóviles se vieron obligados a avanzar muy lentamente para no dañar a los jóvenes.  

Según ha informado El Confidencial, los turistas españoles, que regresaban a su país de origen después de haber disfrutado de una excursión en Marruecos, se asustaron ante tal acontecimiento, que tuvo lugar el pasado fin de semana en Beni Enzar, el lado marroquí de la frontera con Melilla.

A este respecto, la Cooperativa Omnibus, propietaria de los autobuses, manifestó: “Denunciamos gravísimos hechos ocurridos en la frontera de Beni Enzar, así como la pasividad de las autoridades marroquíes”. “No es un caso aislado y nos sentimos desprotegidos cuando realizamos un viaje al país vecino”, aseveró, pidiendo soluciones a la delegación del Gobierno en la ciudad.

Lo cierto es que el citado acontecimiento, del que existen imágenes, ha movilizado un gran debate sobre la pasividad que se observa en los policías y aduaneros marroquíes desplegados en la zona. “España hace lo que está en su mano para controlar su lado de la frontera, pero difícilmente puede dar resultado si Marruecos no hace lo propio”, recriminó el presidente de Melilla, Eduardo de Castro.

Castro, a su vez, teme que este tipo de prácticas “perjudique al turismo” de aquellos que, hospedándose en Melilla, desean realizar excursiones a Marruecos. De hecho el viceconsejero económico de Melilla, Jaima Bustillo, había anunciado su apuesta por los cruceros, cuyos pasajeros podrían realizar breves excursiones al país vecino. No obstante, el caos fronterizo podría truncar estos planes.