El número de estudiantes de centros bilingües públicos y concertados en España ha experimentado un crecimiento del 360% en los últimos seis años. Y es que, un total de 240.154 alumnos estaban matriculados en este tipo de centros en el curso 2010-2011 en España (excepto en Cataluña que no ofrece datos), que pasaron a ser 1,1 millones en el curso 2016-2017.

Según ha informado El País, los expertos denuncian la falta de análisis y datos objetivos existentes sobre los efectos de este tipo de enseñanza en los alumnos y acusan a las regiones de usar a los estudiantes como ratas de laboratorio para cumplir con sus promesas electorales. Cabe destacar, que el 95% de los alumnos españoles en centros bilingües eligen el inglés como lengua de enseñanza.

A su vez, los requisitos solicitados por las comunidades autónomas a los profesores para dar clases en una escuela bilingüe son muy dispares. Mientras que en Asturias o Andalucía se exige un nivel intermedio en otro idioma, lo que viene a ser un B2, otras como Madrid exigen el nivel avanzado, un C1.

Esto conlleva a que los profesores no estén “capacitados para hablar bien” otra lengua que no sea el español, tal y como señala Christian Abello, profesor de Filología Inglesa de la Universidad de Sevilla. Los maestros, por su parte, defienden que la enseñanza, en determinadas asignaturas, pierde cierto rigor al impartirla en otro idioma.

Es el caso de María (nombre ficticio), profesora de Geografía e Historia a alumnos de 4º de la ESO, que se sacó un C1 en inglés para poder acceder al mercado laboral por medio de los centros bilingües. "Lo he hecho por necesidad: se pierde la riqueza lingüística y todo se traduce, hablamos de Isabella the Catholic (Isabel la Católica), Tagus River (río Tajo) o Wilfred the Hairy (Wilfredo el Velloso)", asevera.