Si el año pasado la Costa Daurada (Tarragona) batió todos sus récords turísticos con 20,7 millones de pernoctaciones, este año se tendrá que conformar con repetir las cifras de 2016.

Según recoge el diario Ara, los hoteleros de la costa catalana estiman que este año se reducirán un 5% las pernoctaciones, lo que supone una previsión de aproximadamente 19,7 millones. Eduard Farriol, presidente de la Federació Empresarial d’Hostaleria i Turisme de Tarragona (FEHT) explica que “será un buen verano, pero no tan bueno como el del año pasado”.

Las razones de estos descensos se encuentran en la recuperación de los destinos de ‘sol y playa’ como Egipto, Túnez y Turquía, unos países con los que la Costa Daurada “no puede ni quiere competir”. Farriol detalla que “sus precios no son asumibles” porque la mano de obra y los costes en general “son más bajos”.

Para el presidente de la patronal la mejor forma de hacerles frente es apostar por la calidad y cree que se han hecho los deberes al respecto, ya que los hoteles del destino han invertido 60 millones este último año y 200 en los últimos tres para mejorar sus servicios.

Mientras que se espera que crezcan moderadamente los turistas británicos y franceses, y de forma más pronunciada holandeses, belgas y alemanes, el turista nacional es el que mostrará las grandes caídas. Farriol cree que no se debe a la situación política, sino que responde al efecto cascada de los otros destinos competidores: “El año pasado los hoteles de Canarias y Baleares ya estaban llenos de extranjeros y eso hacía que una parte del turismo español, que se decide a última hora, se desviase a la Costa Daurada. Este año todavía hay muchas plazas disponibles, cosa que nos resta mercado a nosotros”.