El Museo de Cera de Barcelona, en el nº 7 del Passatge de la Banca, se ha quedado anticuado: no incorpora un nuevo personaje desde hace 13 años. Este anclaje en el pasado ha llevado a sus propietarios a replantearse la venta del recinto, que requiere de una remodelación urgente para la que carecen de medios.  

Según ha informado eldiario.es, las visitas al museo han caído progresivamente; de las 200.000 registradas en 2016 a las 160.000 en 2017 y a las 150.000 en 2018. Los beneficios, además, pasaron de 100.000 euros en 2016 a 14.000 un año después.

El museo, cuya entrada tiene un coste de 15 euros, tiene como protagonistas a viejas glorias, como son los papas Juan XXIII y Juan Pablo II. De sus dos sucesores no hay ni rastro. Tampoco de figuras icónicas del deporte barcelonés, como Pau Gasol o Leo Messi. Sí que están, sin embargo, viejos gobernantes, Cristóbal Colón, Sara Montiel o Josep Tarradellas.

Lo cierto, es que el modelo de negocio del museo consiste en inmortalizar a los clásicos, pero la llegada de un público cada vez más internacional y menos local, ha hecho ver a los propietarios que es necesaria una renovación urgente. Así lo ha manifestado su apoderado, Pere Sánchez, quien asegura que el recinto requiere de “reformas estructurales”, para la que no disponen de medios.

En esta línea, asegura que cuentan con un proyecto para renovar las figuras y el decorado, pero que no ha podido salir adelante por falta de recursos. Lo ideal, a su juicio, sería que entrara un socio capitalista para apostar por la iniciativa, pero, de no encontrarlo, la opción más viable es la venta. Así, el próximo 26 de mayo se ha convocado una Junta de Accionistas para decidir el futuro del negocio.

La facturación anual de la empresa, sin embargo, no depende solo de la afluencia del museo, ya que cuenta con otras dos fuentes de ingresos. Una de ellas es el bar Bosc de les Fades (Bosque de las Hadas), su mayor apoyo económico. La otra, es la tienda Passatge del Temps (Pasaje del Tiempo), que tan solo abre algunos fines de semana porque “no da ya negocio”.