La Comisión Europea concederá un período de gracia de siete meses a IAG, holding propietario de las españolas Iberia y Vueling, de British Airways y Air Lingus, para que reestructure su accionariado y mantenga sus derechos de vuelo en la Unión Europea (UE) en caso de un Brexit duro.

Según recoge Financial Times, el órgano comunitario ofrecerá este período para que todas las aerolíneas que quieran seguir realizando vuelos domésticos intra-UE o conexiones con escala en Europa demuestren que son de propiedad y control mayoritario de ciudadanos de la UE.

En un margen inferior a dos semanas tras el 29 de marzo (fecha en la que se producirá el Brexit), las líneas aéreas deberán presentar un plan que “debe establecer, de forma completa y precisa, las medidas destinadas a lograr un cumplimiento total con los requisitos (de la UE) sobre la propiedad y control, con el 27 de octubre de 2019 como fecha más tardía”. En caso de no presentar dicho plan en el plazo concreto, se les podría “revocar la licencia de operación”.

Estos requisitos llevarán a empresas como IAG y Ryanair a que fuercen a sus accionistas no comunitarios a vender las acciones a ciudadanos de la UE. De hecho, la matriz de Vueling se ha puesto manos a la obra y ha hecho llegar al Gobierno de España “una propuesta de españolidad", tal como reveló José Luis Ábalos, ministro de Fomento, el pasado jueves en el Congreso de los Diputados. Entre las medidas que se contemplan constan ajustes en la estructura de propiedad y control.

El fracaso de los argumentos de Iberia y Vueling

Esta puede ser la última oportunidad de Iberia y Vueling, después de que Bruselas rechazase sus argumentos que defendían que ambas eran españolas. Desde IAG habían explicado que  más del 50% de los derechos políticos de Iberia estaban controlados por El Corte Inglés, lo que la convertiría en española y, por ende, europea.

El holding explicó que cuando se fusionaron Iberia y British Airways, la compañía española pasó a ser propiedad al 100% de la sociedad denominada Ib Opco. En esta empresa se separaron los derechos de voto de los económicos. La propiedad económica quedó al 100% en manos de IAG, así como el 49,9% de los derechos políticos. El resto de los derechos políticos, el 50,01%, pasó a ser propiedad de Garanair, que en la actualidad pertenece, al 100%, a El Corte Inglés. De esta manera, Garanair controla el 50,01% de los derechos políticos de Iberia, pero no tiene ningún tipo de poder económico sobre ella. Según este argumentario, Vueling al ser propiedad de Iberia también debía ser considerada española.

No obstante, para la Comisión Europea resultó insuficiente para probar que el control y propiedad de ambas líneas aéreas se efectúa en suelo comunitario.