El sector de la distribución alimentaria se ha convertido indirectamente en uno de los que más se está viendo perjudicado por el grave descenso de turistas.
Según reseña Retailactual, el daño para el sector es doble. Por una parte se ha producido un descenso en las ventas a los hoteles, locales de hostelería y restauración, puesto que muchos permanecen aún cerrados o con una afluencia inferior a la habitual.
Por otra parte, también han descendido las ventas a los cerca de 3.500 supermercados ubicados en zonas y complejos turísticos han recibido un fuerte impacto. De hecho, según datos de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), se registran caídas de las ventas en torno a un 30% desde que inició la pandemia.
Desde Asedas destacan que el turismo nacional no llega a cubrir el agujero dejado por el internacional y ponen todas sus esperanzas en que el ritmo de vacunación y las medidas de seguridad convenza a los visitantes extranjeros para volver. “Aunque la situación ha mejorado con respecto al año pasado, nos siguen preocupando las noticias que hablan de una lenta recuperación del turismo extranjero, que es fundamental para la economía española y, por lo tanto, también para la distribución con base alimentaria, tanto minorista como mayorista”, aseveró el director general de la entidad, Ignacio García Magarzo.