La guerra desatada por la invasión de Rusia en Ucrania podría tener terribles consecuencias para el turismo de cruceros. Los buques turísticos que habitualmente recorren el Mediterráneo se encuentran ahora mismo en alerta, tras anunciar las autoridades rusas y otros países como Bulgaria que unas 420 minas antibuques ucranianas se encuentran ahora mismo a la deriva en el mar Negro y aproximándose al estrecho del Bósforo, que conecta con el Mediterráneo.
Estos explosivos fueron colocados por las fuerzas armadas de Ucrania en las proximidades de la ciudad costera de Odesa para contener a los barcos de la armada rusa. Sin embargo, el Servicio de Seguridad Federal de Rusia (FSB, antiguo KGB) ha anunciado que una tormenta ha liberado estas minas de los cables que las anclaban al fondo marino.
“El viento y las corrientes hacen que vayan a la deriva por la parte occidental del mar Negro”, ha indicado el FSB en un comunicado recogido por Canarias en Red. “Las corrientes de superficie en dirección sur son dominantes, por lo que no se descarta que vayan hacia el Bósforo e incluso lleguen al Mediterráneo”.