Los turistas están saturando Venecia hasta convertirla, como destaca el New York Times, en la 'Disneyland del Agua'. Así, el gobierno italiano se lamenta del ‘turismo de mala calidad’ que frecuenta la región y ya baraja la posibilidad de comenzar a limitar el número de visitantes en la ciudad para que esta no se convierta en un parque de atracciones. 

Dario Franceschini, ministro de Cultura de Italia lamenta la situación y explica que “las bellezas de las ciudades italianas no solo está en la arquitectura, sino también en la actividad de los lugares, las tiendas, los talleres. Necesitamos salvar su identidad”. 

Los venecianos se sienten inundados por los 20 millones de viajeros que visitan los canales todos los años. Incluso las tiendas han tenido que poner señales en su interior indicando dónde está la Plaza de san Marcos o el Puente de Rialto para evitar que los turistas les pregunten por sus localizaciones.

La mayoría de las quejas se centran en los cruceros que pasan por el Canal de la Giudecca. Ciudadanos han creado asociaciones contra los barcos e incluso venden camisetas en las que se muestra buques con dientes de tiburón amenazando a los pescadores. En junio se celebró un referéndum no oficial en el que los residentes votaron que no querían cruceros en la región. 

Sin embargo, este tipo de turismo genera unos beneficios que Venecia no puede rechazar no solo a nivel monetario sino creando puestos de trabajo.