La cotización de la moneda turca frente al dólar sigue en caída alcanzando en las últimas jornadas mínimos históricos, aunque según advierten los analistas, aún no ha tocado fondo. La divisa otomana se está viendo muy afectada por la incertidumbre económica del país y por los últimos movimientos de la Reserva Federal de Estados Unidos, que está aumentando los tipos de interés y la inflación. Esta tendencia comenzó a mediados de agosto, cuando la lira se cotizaba a 2,93 respecto al dólar; durante las elecciones presidenciales de EE.UU y los días posteriores, el cambio entre ambas monedas se estableció en 3,35. Pese a que los movimientos financieros del país norteamericano están afectando a la mayoría de economías emergentes, su influencia en Turquía está siendo mayor motivada por la inestabilidad política. Por otra parte, esta depreciación de la lira podría ser bien recibida por los turistas internacionales, que tendrían la oportunidad de viajar con menor coste en un destino en el que de por sí los precios ya han descendido mucho en los últimos años debido a la particular crisis del sector