Yusef Chahed, primer ministro de Túnez, aprobó el pasado viernes una ley mediante la que prohíbe el acceso a los edificios públicos a aquellas personas que lleven la cara tapada. La normativa no hace excepciones e impide también el uso del niqab, un velo que cubre el rostro casi en la totalidad y que no es especialmente común entre las tunecinas, siendo más habitual en la península arábiga.

Según recoge France24, los límites solo afectan a ministerios, empresas estatales y administraciones; es decir, las mujeres podrán seguir usando su niqab en otros espacios públicos como playas, museos y plazas, así como en los edificios que pertenezcan a empresas privadas.

Desde el gobierno tunecino explican que se trata de una medida “por razones de seguridad” tras el doble atentado suicida que tuvo lugar el 27 de junio en la capital que se saldó con dos muertos y siete heridos. De hecho, se engloba en una campaña antiterrorista “a gran escala” por la que se abatió al supuesto cerebro del citado ataque, Ayman Smiri, y se ha detenido a dos yihadistas en las regiones de Kairouan (centro) y Ariana (área metropolitana de la ciudad de Túnez).

En la actualidad, Francia y Dinamarca cuentan con leyes que prohíben el uso de este tipo de velos integrales.