El Gobierno de la República Checa ha decretado este lunes el cierre de todos los colegios, bares y restaurantes hasta el 3 de noviembre, entre otras restricciones con el objetivo de reducir los contagios por coronavirus. El país checo es el más afectado de Europa con casi 500 contagios por cada 100.000 habitantes en 14 días, por delante de Bélgica (402,5) y España (308,1).

Según informa El Periódico, el reciente crecimiento exponencial de los contagiados ha hecho que el Gobierno endurezca las medidas durante el resto del estado de emergencia, que finaliza el día 3 de noviembre. El objetivo es reducir la tasa de reproducción (el número de personas que infecta cada contagiado) del 1,3 actual, al 0,8, tal y como ha precisado el ministro de Sanidad checo, Roman Prymula.

Hasta ahora, las escuelas estaban siguiendo un sistema que combinaba las clases de manera presencial y a distancia, pero el Gobierno ha decidido clausurar todo el sector de la educación hasta el 2 de noviembre.

En el caso de los bares y restaurantes, quedarán cerrados, aunque los restaurantes podrán seguir sirviendo comida para llevar a través de una ventanilla, al igual que durante la primavera. Además, se prohíbe el consumo de alcohol en las calles.

Otra de las medidas que entra en vigor es la limitación a 6 del número de personas que pueden reunirse al aire libre y el uso obligatorio de la mascarilla en los andenes de las estaciones de transporte público.