Portugal quiere recuperar y mantener su patrimonio inmobiliario público y para ello ha encontrado a un importante aliado en los inversores turísticos. Mediante el proyecto ‘REVIVE’, el estado luso ofrece la oportunidad de convertir tesoros culturales en hoteles y explotarlos bajo contratos de arrendamiento de larga duración.

Según informa el diario sueco TravelNews, el estado portugués ofrece faros, fuertes del siglo XVIII, palacios del siglo XIX o monasterios antiguos con el objetivo de que sean convertidos en instalaciones que se adaptan a los estándares turísticos modernos preservando los edificios como parte del patrimonio cultural del país.

Por ejemplo, las autoridades ofrecen el bastión militar Forte da Barra de Aveiro por el que pagando un arriendo anual de 6.444 euros durante 50 años. Asimismo, por la misma cantidad de años se ofrece el Palacete do Conde Dias Garcia, con 70 habitaicones, aunque eso sí a un precio anual de 18.264 euros.

Las autoridades portuguesas defienden que estos proyectos son win-win, puesto que el inversor puede ofrecer un emplazamiento único, mientras que se preserva la identidad histórica, cultural y social del país, se ofrece un atractivo turístico diferenciado y se desarrollan económicamente las regiones.