Los extranjeros no podrán comprar viviendas en Nueva Zelanda ya que el Parlamento del país oceánico aprobó una nueva ley que lo prohíbe.

Según explica el diario El Mundo, el objetivo de esta nueva normativa es impedir la especulación y ofrecer a los neozelandeses un mejor acceso a los inmuebles.

Jacinda Ardern, primera ministra del país, ha sido especialmente crítica con los fondos de inversión inmobiliaria extranjeros que compran viviendas con el objetivo de especular con ellas, creando un aumento de precios en el mercado que impide la compra de una casa propia a muchos ciudadanos nacionales.

Sólo los australianos y los singapurenses se librarán de este veto. El resto de extranjeros sólo podrán adquirir su vivienda en proyectos determinados y en nuevos edificios de apartamentos.

El papel del turismo en la especulación inmobiliaria ha sido relevante. Los ciudadanos locales se han quejado en repetidas ocasiones de que el incremento de turistas, un 30% en los últimos tres años, está perjudicando al país. En 2017 Nueva Zelanda recibió a 3,8 millones de personas y espera acoger a 4,5 millones en 2022, por lo que se igualaría el número de turistas con el de residentes.