La devastación que ha sufrido recientemente México, después del paso de dos huracanes y dos terremotos en menos de un mes, han afectado de manera notable la industria turística, la cual representa casi el 9% del PIB y da trabajo a nueve millones de personas.

Sobre todo, los hoteles de la Ciudad de México son los que están pagando más caro las consecuencias de estos desastres naturales. Cancelaciones y turistas que se marchan, especialmente en las colonias de Roma y Condesa, dos de los barrios más antiguos y ahora conocidos como la ‘zona cero’ de la capital mexicana.

Según comenta la Asociación Mexicana de Agencias de Viajes (AMAV), el número de reservas de turistas extranjeros y mexicanos en la metrópoli ha disminuido hasta un 50%, cuando lo normal en esta época es un 66% de ocupación. Mientras tanto, fuentes oficiales reducen las cancelaciones a un 30% en todo el territorio y recalcan que los destinos más solicitados como Cancún, Puerto Vallarta, Los Cabos y Acapulco, no han resultado afectados, pero sí se teme el llamado ‘efecto contagio’.

De los 300 hoteles capitalinos, solo siete han tenido que cerrar por daños estructurales y otros 15 deben pasar por una revisión. Estas mismas fuentes gubernamentales aclaran que ninguno de ellos se encuentra en los circuitos turísticos habituales. Por su parte, 60 instalaciones ubicadas en las colonias de Roma y Condesa han sufrido solo daños leves en sus fachadas y habitaciones.

Homero Nava, propietario del hotel Villa Condesa, un local ‘boutique’ en la calle Colima de la capital mexicana, comenta que “ a partir del terremoto y de los días siguientes hemos tenido un 70% de cancelaciones”. Este palacete restaurado no sufrió ningún daño durante el seísmo. “Queremos pensar que se va a recuperar cuando pase el impacto mediático”, enfatizó el empresario.

Otros han sufrido más cancelaciones, por lo que muchos establecimientos y aerolíneas están pensando en aplicar más descuentos que podrían llegar hasta el 50%, para atraer a los visitantes.

Paradójicamente, México acababa de cerrar su mejor ejercicio en 2016: 35 millones de turistas, una cifra que lo convierte en el octavo destino mundial. Sin embargo, los expertos temen que ni siquiera las citadas medidas puedan despejar de nubes grises el panorama que vive actualmente el país, ensombrecido también por los actos violentos, resultado de la guerra entre cárteles de la droga, en los estados de Quintana Roo y en Baja California.  

Estos mismos especialistas aseguran que el país azteca no puede permitirse perder un sector vital para su economía: solo en 2016, dejó unos beneficios de 20.000 millones de dólares, con una oferta de casi 400.000 habitaciones.