Mientras que en España muchos anuncian que el sector turístico y el trabajo que genera han tocado techo, en Francia la situación es bien distinta.

Según informa Le Figaro, la Agrupación Nacional de Hoteleros y Restauradores Independientes (GNI- Synhorcat) cifra en 150.000 las vacantes en el sector vacacional que no han sido cubiertas.

No obstante, la cifra se reduce si se tienen en cuenta los datos de la Unión de Oficios e Industrias de Hotelería, que especifica que “el sector está capacitado para firmar 100.000 contratos inmediatamente”, siendo la mitad de ellos indefinidos y la otra mitad temporales.

La situación de falta de profesionales es tal que hoteleros y restauradores del país galo están proponiendo emplear a refugiados para ocupar estas posiciones. Especifican que la idea es emplear a personas que tengan “sus papeles en regla y todas las autorizaciones para trabajar”, descartando por otra parte que se produzca una regularización masiva de inmigrantes ilegales.

Desde GNI-Synhorcat también insisten en que hay oportunidades para los propios franceses y aseguran estar formando cada año entre 40.000 y 50.000 jóvenes,

Pierre Henry, director de la ONG France Terre d’Asile, rebate asegurando que el problema no es la falta de formación sino los salarios bajos, la estacionalidad y los horarios intempestivos del sector. Explica que estas circunstancias sólo son aceptadas por los recién llegados al país y que no se debe convertir a los refugiados en “una población de sustitución”.