Air France y las agencias que investigan el incidente del Airbus A380 que perdió la parte frontal de un motor en pleno vuelo, han decidido que lo desmontarán, colocarán otro nuevo al avión y, de esa manera, lo llevarán de vuelta a base.

Los técnicos de la compañía gala bajarán el motor dañado para, una vez embalado, llevarlo a las instalaciones de General Electric en Cardiff (Gales). En su lugar, pondrán una máquina nueva, sin conectarla a los sistemas de combustible, eléctrico ni hidráulico de la aeronave, sino que actuará como contrapeso para que ésta pueda volar sin un desequilibrio de varias toneladas.

Existe un procedimiento especial para despegar y volar con un motor inoperativo: la tripulación debe tener un entrenamiento especial, no se lleva carga ni pasaje a bordo, despega con los tres motores a toda potencia y la maniobra no puede hacerse con viento cruzado de más de diez nudos, ni en una pista contaminada con nieve o aguanieve.

Una vez en el aire, el A380 volará sin grandes contratiempos con sólo tres motores. A menos que falle uno, debe llegar tranquilamente a su destino para ser reparado y puesto de nuevo en servicio.

Esta aeronave, en concreto, sufrió la avería cuando cubría la ruta París-Los Ángeles y tuvo que aterrizar de emergencia en un aeropuerto canadiense.