Los atentados del pasado Domingo de Pascua, unidos a la declaración de Estado de Emergencia, el toque de queda y a los enfrentamientos armados durante detenciones de supuestos islamistas han llevado a los diferentes gobiernos occidentales a recomendar que no se viaje a Sri Lanka y los touroperadores están en una carrera contrarreloj para traer a los turistas de vuelta.

Según informa Reuters, el último país en recomendar a sus ciudadanos no desplazarse a la isla asiática ha sido Estados Unidos. El Departamento de Estado de EE.UU. ha advertido de que los grupos terroristas están planeando nuevos ataques, por lo que también ha ordenado que todos los familiares menores de edad de los empleados del gobierno estadounidense abandonen el país.

Anteriormente habían lanzado mensajes similares Australia, India, Israel, Reino Unido y España. Por su parte, Países Bajos está trabajando en fletar un vuelo especial para evacuar a los cientos de turistas holandeses que pasaban sus vacaciones en Sri Lanka. De esta forma, los touroperadores que en un principio habían mostrado todo su apoyo y su apuesta por mantener los viajes con normalidad se han visto obligados por sus gobiernos a cambiar de opinión y a repatriar a miles de viajeros.

Golpe al turismo para Sri Lanka

En 2018 llegaron a Sri Lanka 740.600 turistas, lo que supuso un incremento del 4,6% con respecto a 2017, siendo Reino Unido, India y China sus principales mercados emisores.

La actividad generó en el país 4.400 millones de dólares estadounidenses, lo que supone aproximadamente un 5% de su Producto Interior Bruto (PIB).

Este año, el ministro de Finanzas del país, Mangala Samaraweera, estimó que la actividad turística crecería aún más para llegar hasta unos ingresos de 5.000 millones de dólares. Sin embargo, estos incidentes han restado todo el empuje a su emergente sector vacacional y puede lastrarlo durante años, como ya ocurrió con Túnez, Egipto y Turquía.

Últimos sucesos

Lo cierto es que existen muchas dudas por la seguridad actual en Sri Lanka. El pasado domingo 21 de abril la vida de 310 personas y dejaron 500 heridos. Entre las víctimas se encuentran muchos extranjeros ya que tres de las explosiones tuvieron como objetivos hoteles: el Shangri-La, el Cinnamon Grand y el Kingbury, todos ubicados en la ciudad de Colombo.Tan sólo un día después, se detectó una bomba en los aledaños del Aeropuerto Bandaranaike.

Tras los ataques, las fuerzas de seguridad ceilandesas han detenido hasta el momento a 100 personas relacionadas con supuestas células islamistas. Entre ellos hay extranjeros procedentes de Siria o Egipto. De hecho, el pasado viernes 26 de abril, durante las detenciones se ha producido el último incidente.

Al menos 15 personas, entre ellos tres suicidas con cinturones explosivos y seis niños, fallecieron durante el asalto militar a un edificio franco en Sainthamaruthu, en la costa este de la isla.