Un grupo de ladrones robó, el pasado martes, dos coronas y un orbe de oro adornado con un crucifijo de la catedral de Strängnäs, ubicada al oeste de Estocolmo (Suecia), de la que huyeron en una lancha de gran velocidad. Las joyas pertenecían a los antiguos monarcas Carlos IX y Cristina y datan del siglo XVII.

Según ha informado CNN, la catedral permaneció abierta al público a partir de las 10:00 horas y el robo, en el que parece que colaboraron varios ladrones, se cometió justo antes de la hora del almuerzo. Durante el hurto, nadie resultó herido ni amenazado. 

Varias lanchas patrulleras y helicópteros de la policía salieron tras la pista de los cacos, a quienes buscaron tanto por tierra como por mar, aunque por el momento no han dado con ninguna pista. En la actualidad, la policía está investigando cualquier barco que resulte sospechoso, ya que los ladrones pudieron cambiar de embarcación.

Respecto a los artículos robados, formaban parte de las insignias funerarias de los reyes, por lo que fueron enterrados con ellos, según manifestó el decano de la parroquia de Strängnäs, Christofer Lundgren. A posteriori, los objetos fueron sacados y expuestos al público.

Lundgren lamentó el robo de los mismos no por su valor material, sino cultural, ya que forman parte de la historia de Suecia. Mientras, la policía no ha querido desvelar cuál es el valor económico de las joyas.