El Santo Sepulcro de Jerusalén estuvo cerrado desde el pasado domingo hasta el miércoles en protesta contra el plan del Gobierno de la región y el Ayuntamiento de aplicar medidas económicas y fiscales sobre propiedades de la Iglesia que no sean lugares de culto, es decir, aquellos templos que funcionen como reclamo turístico.

Según ha publicado ‘El Mundo’, Bejamín Netanyahu, primer ministro israelí, ha anunciado que el Consistorio ha accedido a aplazar la imposición de la tasa. Asimismo, ha creado una comisión para dialogar con las comunidades cristianas de la región. 

El alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, ha señalado que tanto el Santo Sepulcro como el resto de lugares de culto cristianos, judíos y musulmanes seguirán gozando de exención fiscal. Desde su Twitter ha compartido el siguiente mensaje: "Seguiremos manteniendo una buena relación con las iglesias pero no aceptaré que los ciudadanos de Jerusalén paguen esta deuda”. Esta se cifra en 154 millones de euros. 

Desde el ministerio de Turismo han afirmado que esperan que el Santo Sepulcro se reabra de forma inmediata para beneficio de los peregrinos y turistas. En 2017 Israel experimentó un incremento del 25% de viajeros llegando hasta los 3,6 millones.