El seísmo de 7,5 en la escala de Richter y el posterior tsunami con olas que alcanzaron los seis metros asolaron la ciudad indonesia de Palu, el pasado viernes, ocasionando trágicas consecuencias, como la muerte de 832 personas, cifra que se espera que aumente. Ahora, ha salido a la luz otra trágica pero heroica historia, la de un controlador aéreo que sacrificó su vida por asegurar la supervivencia de otros.  

Se trata de Anthonius Agung Guanwan, de tan solo 21 años. El joven, según ha informado El Mundo, acababa de aprobar el despegue de un vuelo de la aerolínea Batik Air, que tenía previsto conectar Palu con Makassar (ciudad de las Islas Cébeles), cuando comenzó a temblar la tierra. Entonces, sus compañeros decidieron huir rápidamente del lugar, pero Agung continuó en su puesto hasta comprobar que el avión despegaba. 

Cuando lo hizo, el techo de la torre de control se derrumbó sobre si mismo y decidió escapar saltando por la ventana, desde un cuarto piso. La caída le provocó la rotura de una pierna y un brazo, así como graves heridas internas. Agung agonizó duante horas, debido a que el estado del aeropuerto, que sufrió grave daños, imposibilitó su traslado al hospital. 

Como recompensa a su heroica actuación, el director del departamento de Tráfico Aéreo de Indonesia, Novie Riyanto, manifestó que elevarán su rango en dos niveles, así como ofrecerán "otras formas de aprecio a la familia que deja atrás". Ricosetta Mafella, piloto de Batik Air, por su parte, quiso mostrar su agradecimiento al joven controlador aéreo por medio de su cuenta de Instagram. 

"Batik 6231, la pista 33 despejada para el despegue", fue su última transmisión. Gracias por mantenerme a salvo hasta que estuve en el aire. Un ala de honor para Agung Guanwan por ser mi ángel de la guardia en Palu. Descansa en paz, que Dios esté contigo", escribió Mafella. El pasado domingo, tuvo lugar en Makassar el homenaje a Anthonius, salvador de los pasajeros del vuelo de Batik Air.