El documental de HBO Leaving Neverland, donde el artista Michael Jackson queda retratado como un depredador sexual, está teniendo múltiples consecuencias. Entre ellas, el Museo de los Niños de Indianápolis (Indiana) ha decidido dejar de exhibir un gorro de fieltro y unos guantes que pertenecieron al rey del pop. También, un cartel firmado.

Según ha informado CNN, la portavoz del museo Leslie Olsen aseguró que se ha tomado esta medida como respuesta al documental, que implica a Jackson “directamente en casos de abusos contra niños”. No obstante, puntualizó que se está considerando la situación con más detenimiento, por lo que no queda claro si los objetos podrán volver a exponerse.

El caso de Ryan White

Lo que sí se sabe es que el museo conservará unas fotos del rey del pop, dispuestas en una recreación del dormitorio de Ryan White, en honor a este niño. El chico, de Kokomo (Indiana), contrajo SIDA en 1980, por medio de un tratamiento de sangre. 

Entonces, no se tenían grandes conocimientos sobre esta enfermedad y los vecinos de la localidad se negaron a que White volviera a la escuela, por miedo a que propagara el virus. Jackson se solidarizó con este caso y terminó confraternizando con el niño, que falleció en 1990, y su familia.  

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Children's Museum of Indianapolis | Foto: indyschild.com

Las acusaciones

Leaving Neverland se hace eco de los relatos de James Safechuck y Wade Robson, quienes defienden que Jackson abusó de ellos cuando eran niños. A raíz de su emisión, diferentes entidades han condenado estos supuestos delitos del cantante. Por ejemplo, las cadenas de radio de Nueva Zelanda y Canadá han dejado de emitir su música; el Museo Nacional de Fútbol de Mánchester ha derribado una estatua del rey del pop; y Los Simpsons han eliminado el doblaje de Jackson de uno de sus episodios.

Lo cierto, es que el intérprete de ‘Thriller’, que falleció en 2009, fue acusado en 1993 y 2003 de abuso sexual a dos menores. En la primera ocasión llegó a un acuerdo extrajudicial con el demandante, mientras que en 2003 fue absuelto.

Tras el revuelo causado por el documental, la familia del cantante ha defendido su inocencia y ha tildado a la película de “linchamiento público”. Así, ha recordado que cuando Jackson vivía, tanto Safechuck como Robson declararon ante un jurado que la estrella del pop no les había causado ningún daño.