Al 2016 le quedan sólo unos días y hay una fruta que por estas fechas no falta en las neveras españolas: las uvas. Una nochevieja más, y mientras nos explican por televisión cómo comerlas, las contaremos varias veces en el plato para asegurarnos de que no falta ni sobra ninguna, y cuando terminen las campanadas y con la boca todavía llena, abrazaremos y desearemos feliz año a los que tengamos al lado.

Sin embargo, los españoles somos los únicos que invocamos a la buena suerte celebrando la vendimia en diciembre. Para los que estén cansados de atragantarse con pieles y pepitas, para los que vayan a pasar fuera la nochevieja o para aquellos que simplemente quieran innovar, lastminute.com ha elaborado una lista con las tradiciones de fin de año más sorprendentes del mundo. Aquí van algunas ideas para dar al 2017 una bienvenida de lo más original y, de paso, hacer honor a aquello de "año nuevo, vida nueva".

Colombia: una nochevieja para viajeros

¡Atención, amantes de los viajes! La nochevieja de Colombia es para vosotros. Cuando dan las doce de la noche, los colombianos salen a caminar alrededor de sus casas cargando con una maleta vacía. Con este ritual, piden al año nuevo que venga cargado de viajes. Quizá no den la vuelta al mundo, pero al menos sí empiezan el año dando la vuelta a la manzana. Que ya es algo.

Dinamarca: ¡cuidado con la porcelana cara!

En Dinamarca, cuyos habitantes tienen fama de tranquilos, el Año Nuevo se recibe de la manera más rompedora. Al son de las últimas campanadas, los daneses saltan de silla en silla para ahuyentar los malos espíritus y, no contentos con ello, lo pagan con la vajilla. En este país, romper platos, tazas y utensilios trae buena suerte, así que, desde la puerta de sus casas, los daneses hacen añicos los viejos cacharros para recibir el año nuevo con la mejor de las fortunas. Por tanto, si alguna vez invitas a un danés a pasar la nochevieja en tu casa, asegúrate de sacar la vajilla más cutre que tengas. Por si las moscas.

Rusia: donde la ceniza sabe a gloria

En Rusia, para que los deseos se cumplan hay que beber ceniza. Cada 31 de diciembre los rusos piden un deseo, lo escriben en un papel y lo queman. A continuación recogen la ceniza, la vierten en una copa de champán y esperan a que llegue la medianoche para bebérsela. Podríamos decir que se trata del brindis más ardiente del año. Vashe zdorovie!

Canadá: en la variedad está el gusto

Canadá es, quizá, uno de los países con más tradiciones sorprendentes para celebrar la nochevieja. La primera de ellas consiste en tirarse al agua helada de cabeza en lo que ellos llaman ?el baño del oso polar?. ¡Sólo apto para valientes!

Al este del país, la tradición obliga a los hombres a vestirse de mujeres por nochevieja y viceversa, por lo que no te extrañe si alguna vez ves a un patriarca canadiense recibir el año nuevo ataviado con un precioso vestido.

Y en Dawson City, concretamente en el Hotel DownTown, los visitantes brindan con el famoso cóctel ?SourToe?, una bebida a la que se añade un dedo gordo del pie. Esta tradición se remonta a una expedición de contrabando en los años 20 en la que el minero Louie Liken pidió a su hermano que le amputase el dedo del pie, que se le había congelado. En 1973, Dick Stevenson descubrió el frasco de alcohol que contenía el dedo del contrabandista. En una noche de borrachera, Stevenson y unos amigos hicieron la apuesta de meter el famoso dedo de Liken en una copa de champán y beberla hasta que sus labios tocasen el dedo. Y desde entonces, y como dicen los canadienses, "you can drink it fast, you can drink it slow, but your lips gotta touch the toe". ¡Para chuparse los dedos!

Argentina: ropa interior rosa para un año afortunado en amores

En Argentina, el rosa llama a Cupido por nochevieja. Aquellos que lleven calzoncillos, bragas o sujetador de este color conocerán al amor de su vida durante el año nuevo. Así que si alguna vez despides el año en este país, merece la pena que te pases por la mercería y arriesgues, aunque lo que compres sólo lo vayas a usar una noche.

Estonia: nochevieja de forzudos y glotones

Por nochevieja, los estonios se ponen las botas. La tradición manda que coman siete, nueve o doce veces si hace falta. Por un lado, porque estos son los números de la buena suerte en este país y, por otro, porque se supone que por cada comida que completa, esa persona gana fuerza para el año que entra. De esta forma, si uno come nueve veces tendrá la fuerza de nueve hombres durante todo el año. Dicho de otra forma: antes de enfrentarte a un estonio, ¡piénsatelo dos veces!