La industria alimentaria está dominada por diez grandes compañías que han conseguido diversificar su negocio hasta ser capaces de controlar las principales marcas de las estanterías de los supermercados.

La ONG Intermon Oxfam quiere concienciar a los consumidores sobre lo que compran, por ello han elaborado un gráfico donde se detalle el poder de estas grandes marcas en la industria de la alimentación.

Esta concentración de poder en manos de una decena de grandes empresas también afecta a los hoteles, de hecho, todas ellas proveen de alimentos y bebidas tanto a las grandes cadenas hoteleras como a los pequeños establecimientos.

También te interesará Danone, un actor más en la industria hotelera

 

 

 

¿Influye el dominio de estas compañías en el sector de la alimentación en el sector hotelero? 

Según Antonio Garzón, corporativo de Alimentación y Bebidas para los Hoteles Labranda (FTI Touristik) de Gran Canaria, Tenerife, Fuerteventura y Lanzarote, la respuesta es clara: "Por supuesto tienen el poder", sobre todo para poner precios más bajos por el volumen de pedido, que en los hoteles suele ser muy alto. Por lo general, los establecimientos hoteleros suelen contactar con los distribuidores, pero a veces entran en juego directamente las grandes marcas dando lugar a la negociación: "A veces al contactar con el representante de la marca te da un precio y luego el distribuidor te da otro más alto. En ese punto, se negocia". La competencia es alta entre las grandes marcas, por lo que pese a ser diez las que controlan la mayoría de la producción alimentaria siguen compitiendo duramente entre sí. 

 

Las marcas, importantes para los clientes 

El cliente percibe las marcas, aunque "depende de la familia del producto", indica Garzón. El ejemplo por antonomasia es el que a los refrescos se refiere: no hay vida más allá de Pepsi o Coca Cola para un refresco de cola. Sería impensable el uso de productos desconocidos porque "la marca blanca perjudica", sobre todo, en el caso de los 'todo incluido', en el que los usuarios buscan cierta exclusividad. "También en el café es importante utilizar  marcas como Nespresso". Este detalle no se le escapa a las grandes multinacionales. De hecho, Nestlé  ha creado toda una gama de productos, incluidas las máquinas de café, especializada en el sector hotelero. 

Los huéspedes aprecian la presencia de productos de primeras marcas en sus estancias. Un claro reflejo de la importancia de contar con tipos específicos de chocolatinas o de bebidas se puede encontrar en los comentarios y valoraciones que los usuarios realizan en portales online como Tripadvisor. En esta web se pueden encontrar numerosas referencias sobre el sector "alimentación y bebidas" favorables y desfavorables que pueden encumbrar o hundir la reputación de un establecimiento. Carlos Berrozpe, Director General de ADH Hoteles (Avintia Grupo): "Hay productos que son estrella y que los tienes que tener y otros en los que puedes tener variedad. El cliente exige calidad, y nosotros tenemos que tener variedad. Si exigen productos muy buenos tienes que tenerlos y si son únicos, también tienes que tenerlos".  También añade que el producto exclusivo tiene un valor por ser único y que esa presión "se traslada no al hotelero sino al cliente, porque es un producto que tiene que pagar". Además la excelencia es algo que no solo el recae en la responsabilidad del hotelero: "Los proveedores que tienen productos muy exclusivos seleccionan los establecimientos que quieren tenerlos para mantener esa exclusividad". 

A los hoteles no se les escapa esta tendencia. De hecho, muchos de ellos destacan en sus páginas web la utilización de productos 'de primera' y los detallan en sus catálogos con el fin de fidelizar a clientes exigentes. 

De todo esto se deduce la evidencia de que las grandes marcas dominan el mercado, y que además, tienen el trabajo hecho debido a la demanda de sus productos por parte de los clientes. Es decir, no tienen que presionar a los hoteles, sino que son los propios visitantes quienes exigen un estándar en la variedad de productos ofrecidos. Las marcas blancas no son aceptadas en el sector vacacional, el cliente quiere calidad ligada a un determinado nombre y eso es lo que ofrecen los hoteleros.  

Las marcas, a través de sus estrategias de marketing, han sabido hacerse un hueco en los hábitos de la población, vendiéndose muchas veces como un estilo de vida, lo que hace difícil que el cliente ceda ante la competencia. Un consumidor de Coca Cola no pondrá buena cara al darse cuenta de que en el establecimiento elegido solo ofrecen Pepsi como opción y lo mismo pasaría en el caso contrario, aunque ambas sean primeras marcas. Esto abre un segundo debate. ¿Pluralidad de productos o compromiso con una etiqueta? Apostar por un producto de primera gama no es siempre una apuesta segura. En una industria en la que las grandes compañías ofertan alimentos y bebidas similares, el gusto personal del cliente también tiene voto y este es variable, haciendo casi imposible acertar con todos.