Entre octubre de 2011 y noviembre de 2017 un total de 259 personas han fallecido mientras se intentaban hacer un selfie, es decir, cuando intentaban tomar una foto de sí mismos. En 2011 se registraron sólo tres casos, mientras que en 2016 fueron 98 y 93 en 2017.

Según un estudio elaborado por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos bajo el nombre Selfies: A boon or bane? (Selfies, ¿bendición o perdición?), un total de 137 incidentes mortales tuvieron lugar entre este período concentrándose especialmente en la India, Rusia, Estados Unidos y Paquistán.

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La “muerte por selfie” es un fenómeno que afecta mucho más a los hombres que a las mujeres, ya que las víctimas masculinas suponen el 72,5% del total de muertes, mientras que las femeninas sólo el 27,5%.

Entre los motivos de las muertes, las caídas mortales, los ahogamientos y los accidentes de tráfico son los más comunes. Aunque también se suman los ataques de animales, las electrocuciones o las quemaduras.

Desde la entidad estadounidense recomiendan que los lugares más peligrosos como montañas, rascacielos o lagos sean declarados zonas prohibidas para selfies.