Hace unos 20 años empezó a hablarse del turismo de experiencias sin que nunca llegara a estar plenamente definido. Algunos expertos consideraban que incluía todo aquello que no fuera el tradicional de sol y playa y otros lo circunscribían a actividades que promovían emociones: desde tirarse en parapente —o tirolina para los más flojitos— a cenar en restaurantes temáticos.

Los principales clientes son los millennials, que van justitos para comprarse un piso, pero que les da para hacer algo único que puedan recordar toda su vida.

Para el resto del mundo la mejor definición me la dio un ejecutivo de un touroperador de Manchester: "Cuando el verano ya se ha terminado en el norte y el “Winter is coming”, me escapo con mi novia a cualquier destino español de sol y playa. Nada más llegar, nos damos un paseo por la playa o por el paseo marítimo cogidos de la mano en una de esas tardes tan agradables en octubre en España. Y así todos los años”.

Ahora ya no se habla tanto de este tipo de turismo desde que el metaverso nos amenaza con cambios en nuestra forma de vivir “experiencias" evitando, además, la molestia del traslado.

Las experiencias turísticas son las que Mr. y Mrs. Smith sienten desde que salen de su casa hasta que llegan al hotel en el destino. En estos últimos 20 años las actividades, llamémoslas secundarias, como los desplazamientos desde su residencia al aeropuerto de salida o desde el aeropuerto de llegada al hotel, han cambiado poco, pero las dos principales sí lo han hecho en parte como consecuencia del notable incremento del número de turistas.

La experiencia aérea ha empeorado notablemente desde que, con la aparición de las compañías de bajo coste, los clientes han priorizado el precio al confort y los aeropuertos solo pueden obtener rentabilidad con la saturación. Cada vez hay más clientes, pero menos personal para atenderles.

La hotelería, sin embargo, ha logrado mantener la calidad del servicio porque las principales cadenas decidieron dedicarse a atender al cliente tras haberse liberado de activos inmobiliarios que les producían preocupaciones.

Como tendencia, la experiencia turística ha sustituido al turismo de experiencias.

 

*Ignacio Vasallo es director de Relaciones Internacionales de la Federación de Periodistas y Escritores de Turismo (FEPET).