El pacto de la Organización de Países Productores y Exportadores de Petróleo (OPEP) comienza a dar sus frutos. Tras muchos intentos de frenar la caída de los precios del petróleo, las previsiones indican que estos repuntarán durante los próximos años pudiendo alcanzar el valor de 55,8 euros en 2017 frente a los 42,7 y 49,2 euros actuales.

Hasta ahora, las aerolíneas se habían beneficiado de los bajos costes del combustible para incrementar sus beneficios hasta cifras récord o, en algunos casos, compensar pérdidas. Pero ahora muchas se preparan ante lo que parece un futuro menos beneficioso. Este es el caso de la aerolínea escandinava SAS que ha anunciado que recortará sus costes de personal para hacer frente al impacto de los precios del fuel.

En concreto, la compañía nórdica recortará 1.000 puestos administrativos (el 9,3% de su plantilla) para poder competir con el resto de aerolíneas en una guerra de tarifas bajas. De hecho, ha planificado reducir sus costes operativos en 164 millones de dólares de 2017 a 2019.

También teniendo en cuenta que los costes laborales en los países en los que opera (Suecia, Noruega y Dinamarca) son un 72% más altos que la media de la Unión Europea, la compañía se ha planteado la posibilidad de establecer nuevas bases en el continente.  También Londres tendría muchas posibilidades de convertirse en su punto de referencia fuera de Escandinavia, aunque se desconoce cuál de los aérodromos de la capital británica podría ser su destino. Esta decisión estaría principalmente motivada por el gran tráfico de pasajeros de negocios existente entre Reino Unido y los países nórdicos, con más de 6,5 millones de pasajeros al año.