“Si bien esta mezcla de procesos funciona en estos momentos, en el futuro son bastante impracticables”, destaca Branko Karlezi, subgerente de Comunicaciones y Servicio al Cliente de Nuevo Pudahuel, en una entrevista exclusiva para Tourinews. Nuevo Pudahuel es la concesionaria que gestiona el Aeropuerto Internacional Comodoro Arturo Merino Benítez en Santiago de Chile. Karlezi apunta que el volumen de pasajeros actual permite que se puedan cumplir las medidas de seguridad y distanciamiento social, pero que cuando vuelvan a un volumen normal de “12 o 15 millones” de viajeros será complicado garantizar el espacio y controlar su comportamiento. “Los pasajeros están cansados y estresados de las esperas y las largas cuarentenas”, añade el subgerente.

El Aeropuerto Internacional de Santiago de Chile ha sido pionero en implantar algunas medidas para la detección y control de la pandemia en sus instalaciones. La más destacada ha sido la de los perros policía que son capaces de detectar, a través del aroma del sudor, si una persona está infectada con el virus. “Los canes han probado tener un porcentaje de seguridad de más de un 90%”, destaca Karlezi y apunta que es un método efectivo y complementario a las pruebas PCR.

Pregunta (P): ¿Cuántos pasajeros pasan anualmente por las instalaciones del Aeropuerto de Santiago de Chile?

Respuesta (R): El Aeropuerto de Santiago de Chile es el más importante del país y en el año 2019 cerramos con casi 26 millones de pasajeros (todo el país). Para el año siguiente, en 2020, tuvimos una drástica reducción del volumen y solo alcanzamos 8 millones de pasajeros. Eso quiere decir que hubo un retroceso de entre 10 y 12 años de progreso en cuanto a la conectividad. Y esto es importante, porque nos encontramos justamente en la mitad del desarrollo de la nueva terminal internacional, que aumentaría la capacidad del aeropuerto de Santiago desde los 16 millones de pasajeros, para los que estaba construida esa estructura, hasta alcanzar los 38 millones. El consorcio lo manejan dos empresas europeas líderes en control y operación aeroportuaria, como es el Grupo VINCI (Francia) y el grupo de aeropuertos de París, que maneja y opera el Aeropuerto de Charles de Gaulle (París). Entonces, estamos hablando de una inversión de 1.000 millones de dólares, justo cuando nos hemos encontrado una bajada drástica de ingresos. Además, la concesión tiene una máxima duración de 20 años y es por eso que hemos intentado mantener conversaciones con el Gobierno de Chile para ver cómo se puede modificar el contrato, como bien se ha hecho en Brasil e, incluso, en España. Lamentablemente, el Gobierno de Chile no ha estado abierto a esa conversación.



 

P: Lo que reclaman es que se añada el tiempo que dure la pandemia y que no puedan operar en las condiciones previstas a la duración del contrato, ¿no?

R: Nosotros solamente pedimos que se sienten en la mesa a conversar sobre cómo el Covid-19 ha impactado en el mundo aeroportuario y cómo podemos repartir estos costes ocasionados por algo que no estaba en el contrato de la concesión. Cuando hay algo que no está en ese contrato, se deben revisar los datos y modificar cómo está conformado el contrato. Eso es lo que estamos pidiendo como primer paso, ni siquiera estamos llegando a las soluciones, a pesar de que hemos ofrecido dos o tres posibilidades distintas donde se comparten los costos y, además, son en tiempos variables, que es importante para un Estado.

P: El Aeropuerto de Santiago de Chile tiene una particularidad: están utilizando perros para detectar pasajeros infectados del virus.

R: Así es. Carabineros de Chile [el cuerpo oficial de policías] comenzaron con dos perros que estaban instruidos para reconocer ciertos aromas. Ahora, lo que se reconoce es el aroma que desprenden a través de la sudoración las personas positivas en Covid-19, incluso antes de que tengan síntomas. Los canes han probado tener un porcentaje de seguridad de más de un 90%. Lo que las autoridades de Chile querían era que estos perros fueran capaces de identificar tanto personas que no están contagiadas, como personas que sí están contagiadas y ha funcionado muy bien.

 
brigada canina

brigada canina

P: ¿Y cómo se les ocurrió utilizar perros? ¿Son los mismos que se utilizan para detectar drogas y explosivos?

R: Es importante recalcar que es una acción del Gobierno de Chile, a través de Carabineros. Son perros que tenían entrenamiento previo, aunque no conozco específicamente qué tareas estaban haciendo. Estos perros fueron los primeros en América. Las autoridades se dieron cuenta de que era una forma más rápida, efectiva y, además, complementaria a lo que estaba haciendo el Ministerio de Salud en cuanto a las PCR, que toma muchísimo más tiempo. Entonces, lo que vemos nosotros como concesionaria es que las autoridades chilenas han buscado distintos modos de acortar los tiempos de detección y así mejorar la trazabilidad, que, tal y como ha reconocido el Ministerio de Salud, no ha funcionado muy bien en Chile. Es decir, ¿cuántas personas tuvieron el contacto con una persona infectada y dónde están esas personas para poder aislarlas? Los perros no están todo el día en el aeropuerto, sino en las horas punta. A esta medida se une un nuevo programa de testeo de PCR aleatorio y, además, otro sistema de PCR rápido. Como experiencia, te puedo contar que VINCI Airports ha probado distintos modos en los más de 60 aeropuertos en los que opera y, de esa forma, se han ido midiendo los tiempos de espera y con ese conocimiento se ha apoyado a las autoridades para tomar las mejores medidas en cuanto a la detección del virus.

P: ¿Y qué otras medidas se están tomando en el Aeropuerto de Santiago de Chile?

R: Cabe recordar que Chile ha tenido distintas medidas a través de las autoridades: cierre de fronteras, requerimiento de test PCR realizado en las 72 horas previas al viaje y, especialmente, con sus países vecinos. Con Brasil tenemos medidas bastante duras que requieren que las personas que lleguen de allí, sin importar quién sea, estén en un hostal sanitario y, además, se le haga otro test PCR después de la llegada a Chile. Además, todas las personas que entran a Chile tienen que hacer una cuarentena obligatoria de 10 días, que hasta hace poco tiempo se podía anular al séptimo día con una PCR negativa, pero se ha eliminado esta excepción porque los casos han subido exponencialmente. Esto se suma a que nuestro sistema de vacunas esté funcionando de forma realmente maravillosa y que estemos detrás de Israel y Emiratos Árabes Unidos en cuanto a población vacunada. Estamos vacunando con distintos laboratorios y eso ha hecho que ya tengamos casi 6 millones de personas vacunadas con la primera dosis y más de 2 millones con la segunda.
 

Aeropuerto de Santiago de Chile

Aeropuerto de Santiago de Chile

P: ¿Cuál es el mejor método, desde el punto de vista de un gestor aeroportuario como ustedes, para detectar el virus?

R: Desde nuestra experiencia, lo mejor es una mezcla de distintos factores. Sin embargo, lo que más cuesta controlar es el comportamiento de los pasajeros, aquí y en todo el mundo. Nosotros, además de las medidas sanitarias obligatorias, tenemos cámaras térmicas y también hemos hecho cosas distintas, como es el caso de los perros. Chile también es muy conocido por el cobre y hemos cambiado todos los mostradores donde los pasajeros realizan procesos aeroportuarios por mostradores con superficie de cobre, ya que este material limita el tiempo de vida del virus en las superficies: de 24 o 48 horas, lo baja hasta 1 o 2 horas. Todos los procesos de las operaciones aéreas son sin contacto e, incluso, LATAM trabaja mucho con el checking telemático. Además, al momento de la llegada es importante hacer aleatoriamente PCR, que es lo que están haciendo las autoridades sanitarias. Eso toma más tiempo y las colas de espera son más largas, lo que sin duda ha golpeado los aeropuertos de todo el mundo. Los procesos de salida son más lentos incluso ahora, que tenemos casi un 85% menos de vuelos. Entonces, si bien esta mezcla de procesos funciona en estos momentos, en el futuro son bastante impracticables porque, si ahora mismo tenemos 8 millones de pasajeros al año, imagínate cuando volvamos a tener 15 o 20 millones. El tema del espacio y del comportamiento es fundamental. Y los pasajeros ya están cansados y estresados de las esperas y de las largas cuarentenas que hemos tenido en el país.

P: ¿El Covid-19, de alguna manera, va a implicar un rediseño de los espacios aeroportuarios a nivel arquitectónico?

R: Nosotros tuvimos la suerte de estar construyendo un nuevo terminal internacional cuando golpeó la pandemia y se han tenido en consideración cuáles podrían ser algunos cambios para futuros riesgos. Porque claro, para afrontar la pandemia actual no se pueden hacer modificaciones, pero ciertamente esta no es la primera ni la última enfermedad que va a ocasionar una pandemia global y los aeropuertos van a seguir siendo puntos importantes de potenciales contagios. En los últimos tiempos se ha demostrado que las medidas que han tomado los aeropuertos del mundo, y eso lo hemos verificado con VINCI Airports y con el Grupo ADP, hace que los aeropuertos sean lugares muy seguros siempre y cuando los pasajeros mantengan las medidas de protección. Y eso es fundamental saberlo porque, a pesar de que uno puede tener los tótems con gel, las cámaras térmicas, el distanciamiento físico, las personas por megafonía recordando las medidas… Si las personas no cumplen las normas, entonces, las medidas realmente no surten ningún tipo de efecto. Eso es fundamental.