El inicio de las vacaciones de Natalia Fortic, su pareja Miguel Ángel Ramo y su hijo Alan, de nueve meses, ha sido un verdadero caos. La familia se disponía a viajar a Menorca desde el Aeropuerto de Zaragoza, con la compañía de bajo coste Volotea, pero aquel no era el principio del verano que esperaban, sino de un cúmulo de infortunios que bien podría titularse ‘la odisea’.  

Volotea y los retrasos

Todo comenzó el pasado 29 de junio, cuando el vuelo que tenían que coger sufrió un retraso de dos horas y media, ya que la hora de salida prevista era a las 21.35, pero se pospuso hasta las 00.10 horas. A posteriori, la compañía anunció un nuevo retraso, esta vez el avión saldría a las 2.10 horas. Pero no fue así. Alrededor de las doce de la noche, la compañía comunicó que el vuelo finalmente se realizaría a las 8.30 horas del día siguiente y reubicó a los damnificados en diferentes hoteles para que pasaran la noche, tal y como manifestó Miguel Ángel en una Carta al director del Diario Alto de Aragón.

De nada le sirvió a la familia el madrugón que se pegó al día siguiente, a eso de las seis de la mañana, para llegar a tiempo al aeropuerto y coger el vuelo, ya que el autobús pasaba a recogerlos a las 6.45 horas. ¿El motivo?, se había producido un nuevo retraso, el avión no saldría a las 8.30 horas sino a las 10.30, cuando “por fin” la familia pudo volar a Menorca.

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Equipaje destrozado

Una vez en el aeropuerto de Menorca, la familia se dispuso a recoger el equipaje, pero, para su sorpresa, encontraron el carrito de Alan destrozado. La sillita prescindía, incluso del cinturón que sirve para sujetar al niño. “A la basura tendrá que ir cuando volvamos, intentaremos pasar las vacaciones con él no vaya a ser que compremos otro y pase igual”, aseveró Miguel Ángel en su relato.

La puntilla: Goldcar

Pero esto no es todo. La familia había solicitado los servicios de la compañía de alquiler de coches Goldcar, a la que mantuvieron al tanto de los constantes cambios de horario en su vuelo, responsabilidad de la compañía aérea, según ha manifestado Natalia Fortic en su cuenta de Facebook: "Llamé hasta tres veces (las mismas que nos cambiaron el vuelo de hora) y en todo momento no pusieron problema".

Estas precauciones no sirvieron de nada, ya que al llegar a Menorca, su reserva de vehículo había sido cancelada, por cuenta propia, por la empresa de rent a car, pese ha que ya había sido pagada con antelación. Así, se encontraron sin coche, que Goldcar había dado a otros clientes y sin la devolución de su dinero: "Me dijeron que si quería que se lo reclamase a la compañía aérea". La familia decidió presentar una hoja de reclamaciones, que la compañía "tardó más de 30 minutos" en proporcionarle. Al respecto, Natalia comentó que los empleados de Goldcar los “trataron fatal” y lamentó que su hijo tuviera que soportar tales peripecias con tan solo nueve meses.

Finalmente, la familia tuvo que "buscarse la vida para encontrar con su coche" y así disfrutar de sus vacaciones tras un día varados en el aeropuerto y un inicio caótico. Natalia Fortic asegura que han compartido su disgusto para que el resto de usuarios estén informados: "No reservéis con ellos, porque lo barato sale caro".