España es una potencia turística sin lugar a dudas. Así lo corroboran los 75,6 millones de turistas que visitaron el país el pasado año  y los 60.000 millones de dólares que ingresó el país en este concepto (siendo el segundo del mundo sólo tras Estados Unidos y sus 206.000 millones). Según el Informe de expectativas turísticas de Exceltur, el turismo generó 125.000 millones de euros en 2016, lo que supone una aportación del 11,2% del PIB Nacional. En ese mismo año según datos de la Seguridad Social, un total de 2.193.730 afiliados pertenecían a actividades propias del sector turístico.

Sin embargo, todas estas cifras que elevan a la industria vacacional como uno de los principales motores económicos del país no se ven reflejadas en otros ámbitos. Por ejemplo, la importancia del turismo en sectores como el académico es bastante escueta. Así lo refleja el listado publicado por la prestigiosa revista Tourism Management Perspectives en el que sólo 1 de los 25 mejores investigadores en turismo a nivel mundial de los últimos treinta años es español.

Juan Luis Nicolau, profesor de la Universidad de Alicante (UA), atesora más de 90 publicaciones (60 de ellas incluidas en revistas JCR) y tres tramos de investigación reconocidos oficialmente por la Comisión Nacional de Evaluación de la Actividad Investigadora. Es decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UA y a lo largo de su carrera ha recibido 13 premios, tanto nacionales como internacionales, a sus investigaciones. Desde el mes de agosto ocupa una plaza de Catedrático en la Universidad Politécnica de Virginia (Estados Unidos).

Tourinews ha querido hablar con él para conocer mejor su labor como investigador y docente, así como su análisis particular sobre la situación turística actual y la percepción social actual del turismo.

Pregunta (P): ¿Está suficientemente reconocido el turismo en la sociedad española?

Respuesta (R): Sí se reconoce como una industria de importancia vital para el país, aunque a veces se percibe como una actividad que cualquiera puede desempeñar, cuando en realidad, como sector económico y actividad multidisciplinar que es, requiere de unas habilidades de gestión necesarias para poder desarrollar cualquier proyecto, bien sea público o privado.

P: ¿Existe una tendencia al negativismo, especialmente cuando se hace referencia con mucha asiduidad a la ‘turismofobia’?

R: Sí, el denominado síndrome de Venecia puede extrapolarse, y así está sucediendo en muchas ciudades. Debe verse como una lección de aprendizaje, y antes de que prolifere, se debe reconducir la situación y actuar sobre la planificación turística actual y enfocarla hacia un modelo claramente sostenible que incluya a los ciudadanos residentes en el destino, a los turistas y a las organizaciones turísticas. Ciertamente, es una delgada línea la que divide la turismo-euforia de la turismo-fobia, de ahí que sea necesario, como indicaba antes, personal cualificado para llevar a cabo una correcta planificación turística.

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P: ¿Está el sector turístico español profesionalizado? ¿Es esta profesionalización hegemónica?

R: Aún queda camino por recorrer en la profesionalización del turismo. Es cierto que en función del perfil existen distintos grados de profesionalización. Directivos y cargos intermedios sí suelen ostentar un cierto nivel de profesionalización, pero este no suele ser el caso del resto de trabajadores. En ocasiones parece que la sociedad tiene la percepción de que el resto de trabajadores no requiere de una profesionalización especializada, cuando en realidad es incluso más fundamental, puesto que en la mayoría de los casos son los que están en contacto directo con los turistas y, por tanto, son los que harán que esos clientes repitan. Hay que recordar que si bien un buen producto atrae al cliente, es el trato humano el que hace que repita.

Los investigadores españoles son eficientes en tanto que con unos recursos exiguos logran alcanzar un muy buen nivel de investigación

P: ¿Y el conocimiento técnico de las diferentes autoridades políticas?

R: Aquí la casuística es muy variada. En general, depende del interés e impacto que supone el turismo para cada comunidad, provincia o región; de hecho, si una entidad pública es creada ex profeso para gestionar la actividad turística de un destino, se presupone que la persona al cargo debería tener unos conocimientos técnicos para implementar las estrategias y las tácticas de gestión. Evidentemente, en muchas ocasiones, más allá de los conocimientos técnicos que tenga dicha autoridad política, dependerá de su predisposición a escuchar; lo que los profesionales del sector tienen que decirle y lo que los estudiosos en la materia pueden aportarle.

P: ¿Cómo definiría la labor investigadora sobre turismo que se desarrolla en España? ¿Cómo se explica la poca presencia de investigadores españoles reconocidos por entidades internacionales?

R: Déjeme enfocarlo en términos relativos: considerando los niveles de inversión que se destinan a la investigación en España, los resultados son excelentes. Es decir, los investigadores españoles son eficientes en tanto que con unos recursos exiguos logran alcanzar un muy buen nivel de investigación. Claro está, comparado con las cifras presupuestarias que manejan otros países, en términos absolutos aún queda mucho camino por recorrer.